Muy contento se la pasaba el autor de las presentes líneas con su página de Internet que tenía un foro muy visitado, en el que muchos ciudadanos intercambiaban información y comentarios e incluso se organizaban políticamente. La tal página tenía, además, ejemplos concretos del fraude electoral, con texto y gráficas. Pero resulta que de pronto fue atacada por piratas cibernéticos que la sacaron de circulación con tal virulencia que la empresa que alojaba el sitio (hostgator.corp, con sede en, ¡oh!, Florida, Estados Unidos) prefirió chambonamente zafarse del asunto y suspender el servicio. Sin embargo, y gracias a solidarios amigos lectores, www.juliohernandez.com.mx ya estará hoy nuevamente en funciones, con foro, archivo de la columna, testimonios del fraude y, entre ellos, el video del taxista ...
No es el primer reporte que existe de estas prácticas medievales y oscurantistas que intentan acallar la crítica, escamotear la verdad y cambiar la realidad a fuerza de negarla (¡Bah! Pobres ilusos). Curiosamente los que son atacados con más frecuencia han sido críticos de Fox, del PAN, y de Calderón, o bien, apoyadores de AMLO.
No puedo dejar de notar que el perfil del panista promedio incluye una gran facilidad para el acceso y el uso de Internet. Tampoco puedo ignorar que gran parte de la campaña de Calderón se hizo a través de spam (correo chatarra) que llegaba por montones a los buzones de todos los mexicanos. Más recientemente, se acusa a los directivos del IFE de haber hecho trampas informáticas.
Muy cibernéticos, pues, los panistas. ¿Estarán ellos detrás de los ataques como el que afectó a Julio Hernández? ¿O de las redes virtuales ciudadanas que se tejieron el dos de julio y que también fueron atacadas?
Es que el estilito huele a la intransigencia del PAN, del Yunque, de los Legionarios de Cristo, y anexas.
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