viernes, noviembre 02, 2007

¿Obra de Dios o Calentamiento Global?


Tabasco nos enfrenta a múltiples realidades.

Efectivamente es una tragedia que las copiosas lluvias que caen en Chiapas, y el propio Tabasco, hayan desbordado los cauces de los abundantes ríos que cruzan la geografía tabasqueña. Pero la magnitud del problema no pasa solamente por la furia de la naturaleza o por un supuesto designio divino (no tardará algún político en declarar que no se podía hacer nada para prevenir esto).

Pero es impensable que las autoridades responsable de "gobernar" y velar por los mexicanos no hubieran tomado previsiones, sobre todo considerando los múltiples y terribles avisos que la Madre Natura nos ha venido dando durante años.

Ya hay denuncias de corrupción de las pasadas administraciones estatales. Asumiendo, pero no concediendo, que no se hubiera podido hacer nada, que no hubo negligencia ni corrupción, ahora toca a los diferentes niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), ser eficientes y honrados con los recursos que millones de mexicanos seguramente aportarán para paliar los efectos de este desastre.

Exijamos que los distribuyan, que no los embodeguen, que no medren ni lucren con ellos, que no desvíen recursos. En suma, que asuman su responsabilidad social, humana y política para ser transparentes en el acopio, manejo y distribución de los recursos para los damnificados en Tabasco.

Se dice que seguirá lloviendo. ¿Debemos tener un ojo en Chiapas?

Otra realidad que se nos presenta es el sobado Calentamiento Global. Ya los científicos no alertan de aumento en las condiciones extremas del clima, sino que empiezan a alertar de la desaparición temporal de grandes extensiones de hielo en los polos de la tierra durante las épocas de primavera y verano. Esto resulta lógico al extremarse las condiciones de temperatura en el planeta. Toda el agua proveniente de esos masivos deshielos tendrá que ir a alguna parte, y es obvio que las zonas costeras se verán severamente afectadas.

Tampoco debe de resultarnos extraño que, así como habrá deshielos masivos, se produzcan grandes congelamientos en zonas urbanas y costeras.

Supongo que tampoco de esto habrá responsables, y veamos porqué.

Estados Unidos consume el 25% de la energía que se produce a nivel mundial. Deduzcan el porcentaje de polución que genera. Ese mismo país se ha resistido a ratificar el protocolo de Kyoto, tendiente a reducir las emisiones contaminantes y reducir el efecto invernadero, causante del calentamiento global.

Finalmente, otra de las realidades que nos son recordadas brutalmente por las terribles inundaciones en Tabasco, es la renuncia voluntaria, o la incapacidad involuntaria, del gobierno mexicano para enfrentar estos desastres. Desde 1985, en los terremotos que devastaron la Ciudad de México, el gobierno de Miguel de la Madrid fue rebasado por la acción solidaria de la sociedad civil. Ayer Felipe Calderón reconoció que el gobierno no está preparado para hacer frente a una crisis de esta magnitud, y trasladó nuevamente a la sociedad civil buena parte de la carga de responsabilidad del gobierno: aporten porque no podemos ni tenemos.

Décadas de corrupción endémica, de corporativismo político, y en épocas recientes, de total insensibilidad y plena ineptitud, están dando los frutos previsibles: el camino hacia el colapso del país.

Tengo casi 30 años trabajando por mi país, por mi familia y por mi mismo. Esta película la he visto una y otra vez, en diferentes magnitudes. ¿Hasta cuándo aguantaremos?

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