lunes, septiembre 13, 2010

Construyendo puentes ... vacacionales

Incapaz de hacer algo productivo, Felipe Calderón festejará el Bicentenario/Centenario de nuestras gestas heroicas con uno de los llamados puentes vacacionales.


De la manga se sacó la idea de construir la magna obra de su sexenio: un mega puente vacacional para celebrar 200 años de vida independiente. Mientras tanto, su tan cacareado proyecto de la magna refinería en Hidalgo duerme el sueño de los justos, pues ni siquiera tiene partida presupuestal para el 2011. Y qué decir del famoso arco con el que se conmemorarían los dos siglos de independencia de la corona española: no estará a tiempo, si bien nos va se terminará en 2011, pues el cuarzo casi mágico con el que se construirá aún no ha sido extraído de las únicas minas en el mundo que lo tienen: las brasileñas.

Para rematar, hasta la Iniciativa Privada se queja del presupuesto de egresos de la Federación para el 2011: tres cuartas partes del mismo se destinarán a privilegios burocráticos, sueldos y a su estéril pero sangrienta guerra contra el crimen organizado. ¿Y la inversión productiva, la educación, la creación de infraestructura? Pues recibirá las migajas: apenas una cuarta parte del río de recursos que ejercerá el gobierno federal para el año próximo.

Haciendo caso omiso de la brecha tecnológica que cada día se ensancha más y aísla a México de la dinámica productiva del resto de los países del orbe, dicho presupuesto contempla recortes a ministerios vitales, incluyendo o la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Esto no sorprende, pues su idea de desarrollo en comunicaciones y tecnología es entregar los recursos de la Nación a manos privadas, nacionales y extranjeras, como se ha hecho recientemente con la asignación de fibra óptica, canales de radio y TV analógica y digital, telefonía, Internet y otros servicios a Televisa, Telefónica de España y otras compañías privadas.

De esta manera, el año del Bicentenario/Centenario en el (des)gobierno de CalNerón será recordado por ... haber decretado un mega puente vacacional.

 

viernes, septiembre 10, 2010

Equivocarse hasta cuando se acierta

Dos yerros fundamentales han convertido un par de aciertos en dos sonados fracasos.

El primero de ellos tiene que ver con la cuenta de Twitter personal de Felipe Calderón como Presidente de la República. A pesar de haber sido cuestionada por la comunidad de tuiteros mexicanos la forma en Calderón manejaba su cuenta (supuestamente bloqueando a quienes le desagradaban por sus comentarios), la mayoría celebrábamos el que hubiera abierto ese espacio de comunicación. Muchos éramos seguidores de @presidente_FCH, supongo que tanto por curiosidad como por civismo. Pues bien, prescindiendo de cualquier tipo de sentido común o asesoría técnica elemental, Calderón nunca pudo autentificar su cuenta debido a la negativa de Twitter, pues a juicio de ellos no se cubrían los requisitos para recibir ese estatus, a diferencia de Barack Obama o Hugo Chávez, quienes sí tienen cuentas autentificadas. Y la cosa no para allí: Calderón ha tenido que abandonar el uso de esa cuenta, ya que olvidó su contraseña y, nuevamente, Twitter se negó a ayudarle más allá de los procedimientos estándar de recuperación. Debido a lo anterior, la nueva cuenta personal de Calderón es @FelipeCalderon, la que al parecer sí ya ha sido avalada como auténtica por Twitter. Parte de la historia la pueden consultar aquí.

La cosa no pasaría de ser una anécdota de un mal momento por el que todos hemos pasado: olvidar una contraseña y sufrir las amargas consecuencias, excepto por el hecho de que siendo una cuenta oficial del presidente se haya hecho tan mal manejo del asunto, incluyendo la circunstancia de no tener conciencia de que las cosas una vez que entran a Internet jamás salen. Así lo demuestra la publicación por parte de Twirus de la conversación que sostuvieron con Calderón contenida en la liga proporcionada líneas arriba. Y no es peccata minuta pues reproduce en pequeña escala los mismos errores que el régimen calderoniano ha venido repitiendo una y otra vez en diferentes temas de mayores magnitudes: economía, empleo, relaciones exteriores, y un largo etcétera, sin olvidar uno de los temas torales: la seguridad pública y la mal llamada guerra al crimen organizado. Esto deja en entredicho la capacidad de aprendizaje político del presidente y su gabinete light.

Y justamente en el tema de seguridad pública es donde se ha producido el segundo yerro de los últimos días, mucho más significativo. La tan cacareada "captura" del notorio narcotraficante apodado La Barbie (que algún psicólogo me explique cómo siendo un sanguinario delincuente usa este mote), publicitada como un descomunal triunfo de las agencias de inteligencia y de procuración de justicia mexicanas resulta que fue obra de la casualidad, simple y llanamente. Informes de la misma corporación que lo arrestó, la Policía Federal, establecen que un hecho de tránsito fortuito condujo a su detención. Ante tamaño golpe de suerte, el gobierno de Calderón no supo resistirse a la seducción de mentir, necesitado como está de apuntarse algún logro, por pequeño que sea. Construyeron entonces una historia que involucraba satélites espías; decenas (luego centenas y luego miles) de agentes del orden trabajando coordinadamente durante largos meses para acorralar al delincuente; dispositivos de espionaje de alta tecnología; expertos forenses en diversas áreas como comunicaciones y cibernética. En fin, todo un aparato que el mismo James Bond envidiaría, sobre todo con lo devaluado que anda. Montar una mentira de tal calibre solamente deja en evidencia la desesperación de Calderón, sus mentores y sus esbirros, incluido el inefable y nefasto García Luna. Y la voz popular, sagaz como siempre ha sido y extremadamente desconfiada, como últimamente la han hecho, desde el principio cuestionó los dichos oficiales: que si ocultar los datos más elementales de la detención, como lugar y hora precisos, eran suficientes para desconfiar; que un vocero decía una cosa para ser contradicho por otro funcionario de manera casi simultánea; que si el mismo García Luna dio al menos tres versiones diferentes el mismo día del anuncio. En fin, el gobierno se puso de pechito, como patito de feria, para recibir los dardos, disparos, misiles y escupitajos de tirios y troyanos. El enorme logro de sacar de circulación a tan connotado criminal, sea por las causas que hubieran sido, queda empañado por un torpe manejo de la información, y ni qué decir del pobre montaje con el que pretendieron colgarse medallas no ganadas.

A cuatro años de haber asumido el cargo, Felipe Calderón no ha avanzado, ni como gobernante, ni como persona, ni como estadista.