miércoles, agosto 26, 2009

Maestros reprobados

Me ha llegado un correo con el texto que presento más adelante. Se dice que el autor del mismo es Carlos Alazraki, pero en realidad no es posible verificarlo.

El lenguaje utilizado se asemeja al que usa Alazraki, por lo que no es descabellada la posibilidad de que sea realmente el autor. Dudé antes de colocar dicho material aquí, ya que hay conceptos y adjetivos que no comparto, como frecuentemente me pasa con él. Pero desbrozándolo se encuentra uno con grandes verdades. Aquí el texto sin modificaciones:

Estimados maestros:
Ya estoy empezando a entender el porqué de las cosas que nos están pasando en nuestro querido México.
Ahora sí estoy entendiendo el porqué de los atrasos de nuestros niños.
Ya entendí el porqué países más fregados que nosotros están mucho mejor que nosotros en materia educativa.
Ya entendí el porqué de tanta delincuencia juvenil.
Ya entendí por qué tenemos a tantos salvajes manejando por esta ciudad.
Ya entendí el porqué de tanto s policías corruptos.
Entendí por qué tanta drogadicción entre nuestros jóvenes.
Es más, hasta por qué somos tan bultos en las Olimpiadas.
¡Claro!, ahora sí está más claro el porqué de lo mucho de lo que nos está pasando, ¡¡¡¡¡¡Se los debemos a ustedes!!!!!!
¿Cómo es posible que de 71,000 aspirantes a una plaza 20 en el servicio docente, 2 de cada 3 candidatos reprobaran?
¿Cómo es posible que de 53,406 aspirantes que salieron graduados de las escuelas Normales, solamente 3 de cada 10 solicitantes aprobaron su examen para una plaza?
Y para el colmo de los colmos:
¿Cómo es posible que de los 17,648 maestros activos -sin plaza- solamente 7,150 aprobaron?
Y que además -como premio- ninguno de los 17,648 maestros activos... ¡¡¡¡¡¡haya perdido su trabajo!!!!!!
Y todavía quieren heredar y vender su plaza, negándole a Recién Egresados y gente capacitada una oportunidad, si bien trabajaron por años, también por años se les PAGO su salario la mayoría de sus veces INMERECIDAMENTE
son unos desvergonzados.
O sea maestros, burros o no, seguirán dándole clases a nuestros hijos...
Este es el panorama...
Maestros reprobados, dándole clases a nuestros hijos... ¡Qué horror!
Y luego nos preguntamos el porqué estamos como estamos...
Ahí está la respuesta:
Nuestros niños no están preparados...
Nuestros niños entran muy mal preparados a las secundarias.
Todo gracias a ustedes.
Pero esto no les importa, ¿verdad?
¡Por supuesto que no!
Es mucho mejor marchar por las calles del país que educarlos bien.
Es mejor bloquear carreteras, no permitir que la gente abra sus comercios y ponerse en huelga sin importar el tiempo que los niños se queden sin escuela, que prepararlos mejor.
Tienen razón...
Es mejor bloquear carreteras para exigir un aumento de sueldo que no merecen.
Es mejor tener una lideresa vitalicia que se la pase grillando todos los días, que abrir a la democracia a su sindicato.
Es mejor que los 2 sindicatos de maestros sigan peleándose entre sí que analizar de cómo mejorar el nivel de la educación.
Maestros reprobados:
Tengo pavor por el futuro de México, si es que ustedes van a seguir dando clases.
Tengo pavor que un país tan maravilloso como el nuestro, sea desplazado por países más disciplinados y conscientes que nosotros.
Tengo pavor que -como en las Olimpiadas- México sume fracaso tras fracaso en la competencia mundial.
Y todo porque no hay una buena educación.
Ni física ni mental.
Es aberrante que ustedes, bola de fracasados, pretendan enseñarles a nuestros hijos como triunfar.
México no los merece.
Sean conscientes de lo que ustedes significan para nuestros hijos y prepárense mejor.
Con todos los recursos que tenemos, con toda la información disponible de que disponemos, no es normal que hayan reprobado.
Pero en fin...
No es culpa suya nada más...
Es culpa de un sistema que ya se agotó hace 20 años y que el poder no sabe cómo cambiar.
En fin, qué le vamos hacer...
Este es otro triste capítulo de la odiada obra:
'Por eso Estamos como Estamos'...



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martes, agosto 18, 2009

Dinero para el boquete

El confiable Sr. Agustín Carstens nos dice que hay un "boquete" en las finanzas públicas, que según sus estimaciones rondará los 800 mil mdp, sumando el faltante para los años 2009 y 2010.

Pues bien, no se angustie ni se acongoje. El país sí tiene dinero, y mucho. Aquí le van las pistas de dónde puede encontrarlo, de modo que se deje de pensar en clavarnos más y mejores impuestos.


  • Los privilegios fiscales le han costado al país más de cuatro billones de pesos (trillones anglosajones) de 2002 al 2009.
  • El rescate bancario, el FOBAPROA-IPAB, tenía un saldo de casi 800 mil mdp a diciembre de 2008, y la deuda que debemos pagar crece mes con mes.
  • En marzo-abril de este año, su jefe calderón contrató casi 80 mil mdd de deuda externa con el FMI (47 mil mdd) y con la Reserva Federal de los EU (30 mil mdd), triplicando el saldo existente de 40 mil mdd a febrero de este año, según Hacienda.
  • El Banco de México anunció que de octubre de 2008 a marzo de 2009 vendió casi 19 mil mdd de nuestras reservas para saciar a los especuladores que apuestan contra el peso.
Como verá, la suma de todos esos recursos araña los 0cho billones (trillones anglosajones) de pesos. Con el 10% de todos esos recursos que son saqueados cotidianamente del erario público puede hacerle frente al boquete del que nos habla.

Por cierto Sr. Carstens, no me llame para darme las gracias, realmente no quiero hablar con usted. Y ya encarrerado, dígale a su jefe que no me llame "amigo" en cada discurso que pronuncia, ni lo soy ni lo quiero ser, pues suelo elegir cuidadosamente a mis amistades.

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Las marismas calderónicas

En diversos foros repitió que México era un navío de gran calado que capotearía cualquier tempestad económica.

Y felipe calderón intentó sustentar su dicho con frases huecas y vanas: blindaje de la economía, responsabilidad y disciplina fiscal, y cosas por el estilo. Su secretario de Hacienda, un antiguo y menor funcionario de un organismo financiero internacional, le hacía la ronda: que cuando mucho nos daría un catarrito ante la neumonía financiera internacional.

Pues su barco de gran calado ha encallado en las caóticas marismas que él mismo engendró. Con múltiples frentes de guerra abiertos, aunque solamente uno reconocido, el michoacano persiste en los vicios de micro management que Carlos Castillo Peraza le recriminaba paternalmente. Prácticamente no hay un solo rubro de la vida nacional que no se encuentre en crisis, mientras que el joven, inexperto y solitario presidente porfía en andar por la misma senda que nos conduce al abismo.

Tal como le sucedió cuando era candidato presidencial, hoy calderón se distancia hasta de sus aliados y promotores por sus pésimos resultados. Los empresarios, las instituciones financieras mexicanas que gozan de alguna independencia, su partido, las organizaciones civiles que comulgaban con él, la Iglesia misma, todos a una, le recriminan su gestión y le exigen acciones efectivas. Ya ni qué decir de sus opositores y adversarios políticos, así como de un creciente sector de la ciudadanía, que desde su habitual parálisis, empieza a manifestar una pronunciada y justificada preocupación respecto al rumbo, o la falta de, que acusa el país.

Parece ya muy tarde para intentar salvar la presidencia de calderón, sobre todo por la soberbia, la obstinación y la insensibilidad que lo caracterizan. Pero no es tarde para salvar a México. En estos aciagos días que corren, la crisis provocada por el presidente debe analizarse como lo que es: una crisis integral, sistémica y estructural. Partiendo de la base de que los vacíos de poder tienden a llenarse espontáneamente, los poderes fácticos buscan su consolidación, pero al mismo tiempo, es una gran oportunidad para la ciudadanía de recuperar los espacios que le han sido arrebatados.

En lo personal, veo dos grandes peligros para México: la balcanización del país, y un estallido social. Ambos escenarios no son excluyentes, como tampoco lo son inclusivos, por lo que existe el riesgo de que ambos se produzcan. En el primer caso, la terrible inseguridad que vive el país, marcada pero no exclusivamente en el norte; la quiebra de las finanzas nacionales que están llevando a los gobiernos estatales y municipales a la parálisis; una presidencia azorada e inerte que arrastra el lastre de un gabinete incapaz; el enorme poder económico de la delincuencia organizada que ha sabido permear a la sociedad desde sus cimientos; la cerrazón de la oligarquía a crear válvulas de escape al descontento; y la renuncia del gobierno de ser el instrumento para que el Estado garantice la unidad y la protección de La Nación, son solamente algunos de los ingredientes que pueden romper el pacto federal.

Por el otro lado, el creciente descontento de la clase media mexicana, que ha visto mermarse sin pausa y aceleradamente su nivel de vida, se configura como la chispa que puede encender la mecha del descontento que priva en los estratos más desprotegidos que sufren de una pobreza progresiva, mientras que las clases pudientes también luchan por conservar sus privilegios. Como ya lo he dicho aquí mismo, las revoluciones más grandes y sangrientas han provenido justamente de esas capas de la población: las que se encuentran por encima del nivel de pobreza. Baste mirar las luchas libertarias de México en 1810 y 1910 para corroborar lo anterior. El intrínsecamente débil pacto social, o contrato social de acuerdo a Juan Jacobo Rousseau, puede quebrarse.

Encuestas recientes de diferentes empresas ubican como la principal preocupación de los mexicanos a la economía, incluso por encima de la inseguridad, que ha sido el tema preponderante en la agenda del inquilino de la antigua Hacienda de La Hormiga, hoy Los Pinos.

El ánimo que nos acicatea anualmente a celebrar nuestra preciada Independencia difícilmente tendrá algo con qué alimentarse el año venidero, cuando por partida doble deberíamos festejar dos centenarios: el primero de nuestra Revolución y el segundo de nuestra Independencia.

Está en nuestras manos, entonces, definir si tendremos algo que celebrar el próximo año.

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lunes, agosto 03, 2009

Cambio de apariencia

Hoy he actualizado el diseño de este blog para sacar provecho de las funciones que Blogger proporciona desde hace tiempo.

El cambio no lo había realizado por razones de seguridad, ya que no deseaba perder el archivo histórico. Por otro lado, la personalización del blog también era un tema, ya que debía buscar el tiempo necesario para volver a hacer los cambios que irremediablemente se perderían con la actualización.

Atorado en ese doble dilema, decidí poner manos a la obra para no demorar más el necesario cambio. Visualmente no hay grandes diferencias, tal vez la más notable es el cambio de colores. Felizmente no se perdió nada de lo publicado (al menos eso me parece hasta ahora).

Respecto a la personalización, iré incorporando ciertos elementos del diseño anterior que me parece deben permanecer en esta nueva versión, de manera que complementen a los nuevos gadgets que incluí. Además, estudiaré cómo hacerles pequeños ajustes a estos últimos, pues hay detalles que no me satisfacen del todo.

En suma, por el momento el blog se encuentra en remodelación, por lo que espero no causar demasiadas molestias o inconvenientes.

sábado, agosto 01, 2009

La celebración del 2010

La escalofriante y frenética danza de cifras de los miles de millones de pesos que el gobierno federal ha dejado de percibir no deja lugar a la duda: el país se dirige a la quiebra.

Este Experto de Nada ya se mareó, como seguramente le ha pasado a muchos mexicanos más: Que si el "boquete" fiscal es de 300 mil mdp, que si es de 600 mil mdp; que el subejercicio del presupuesto es muy grave, que no hay subejercicio; que la pobreza en el país crece sin freno, que no, que ya vamos saliendo.

Pero las medidas que se anuncian confirman los peores dichos y los peores temores: el gobierno no sabe qué hacer para allegarse recursos. Ante una crisis económica de enormes proporciones, la creatividad solamente les da para endeudarse (recuerden los 47 mil mdd del FMI más los 30 mil mdd de la Fed de EU), aumentar el costo del peaje en las carreteras de cobro, eliminar subsidios en el 2010, mismos que aún no se detallan; y aumentar los precios de la energía eléctrica. Dicho en buen romance, los precios en general seguirán subiendo, pues estos aumentos se repercuten como costos en prácticamente todos los productos y servicios, mientras que los niveles de pobreza y desempleo tienden a subir.

Esto sin contar lo que aún no se ha anunciado, pero resulta previsible: más impuestos, ya sea en la modalidad de nuevos impuestos o en la de eliminación de exenciones.

Si a esto le sumamos la caída en las remesas y en los ingresos petroleros (en este último rubro PEMEX reportó pérdidas por 26 mil mdp acumuladas a junio de este año); los enormes montos sacrificados en la hacienda pública por regímenes de excepción, amén del desplome en la recaudación; los efectos de la histérica medida de paralizar al país por la epidemia de influenza A, que nos siguen golpeando al haber proyectado una imagen negativa del país traduciéndose en la disminución de los flujos turísticos; y un cúmulo más de indicadores negativos en la economía, las perspectivas para el 2010, y por el tamaño de los "boquetes" no sería necio decir que para los próximos veinte años, no son nada halagadoras.

Pero no todo es solamente economía. Hay múltiples crisis en el país: la impartición de justicia se encuentra en uno de sus peores momentos de su historia (recordemos que estamos a escasos días de cumplir dos meses de impunidad en el caso de la guardería ABC); el entorno social se oscurece cuando comprobamos los niveles de corrupción y negligencia existentes en programas como Procampo, ahora conocido como Procapo, o la subrrogación de guarderías, lo que tensa enormemente el pacto social, así como la creciente incorporación de amplios sectores sociales a actividades ilícitas por la falta de educación y de oportunidades de vivir dignamente; sin piedad, el sistema de salud en México fue desnudado por la epidemia de influenza A: desabasto, desinformación, falta de coordinación, controles endebles, insuficiencia en la cobertura de los servicios de salud; la cultura es vista como una anécdota del pasado y no como una expresión presente que cuenta con una riqueza histórica que demanda su lugar en la construcción del futuro; las recientes elecciones intermedias del 5 de julio expusieron en toda su crudeza la crisis política que se vive en México; los niveles educativos disminuyen de manera sostenida, principalmente en las escuelas públicas, mientras se asfixia con recortes presupuestales y nefastos planes de estudio, tendientes a producir analfabetas funcionales por carretadas, al sistema educativo; la presencia internacional del país es un triste recuerdo de sus glorias pasadas, pues hemos perdido nuestro liderazgo regional, hemos hecho a un lado la Doctrina Estrada de la libre determinación de los pueblos así como a la doctrina juarista de respeto mutuo, y nos encontramos alejados de los principales movimientos geopolíticos, económicos y sociales que conforman la nueva relación de poder en el mundo; la pérdida de grandes extensiones del territorio nacional a manos de la delincuencia organizada; la corrupción endémica en todos los aspectos de la vida nacional, emanada de la desigualdad y la impunidad, cuyo referente más reciente son las redes criminales dedicadas a la sustracción ilegal de hidrocarburos y refinados en PEMEX; e irremediablemente hay que decirlo, el nivel de vida de los mexicanos decrece y el gobierno responde con recortes a subsidios y participaciones estatales, aumento de precios y más impuestos.

El recuento anterior no es exhaustivo, por desgracia. No es lo único que funciona mal en el país, es simplemente lo más reciente y lo más visible.

Esto me lleva a preguntarme: ¿Qué tanto ha mejorado el país desde 1810? ¿O qué tanto desde 1910? ¿Qué debemos celebrar en el 2010, cuando se cumple el bicentenario de nuestra independencia y el centenario de nuestra revolución? Hay avances obvios y casi naturales, pero en lo fundamental, en lo que detonó ambos movimientos libertarios ¿hemos mejorado en doscientos años? ¿Han cambiado las condiciones de desigualdad en cien años?

Donde no hay sombra de duda es en el hecho de que los mexicanos debemos seguir trabajando para superar los retos que afrontamos, muchos de ellos creados por nosotros mismos. Debemos incrementar nuestra participación en todos los aspectos de la vida nacional en nuestras esferas de influencia directa. Necesitamos elegir más cuidadosamente a nuestros gobernantes. Tenemos que entender que el poder emana directamente de nosotros, y por lo tanto, somos responsables de su ejercicio.

Ningún caudillo nos salvará, nadie hará por nosotros lo que nosotros mismos no hagamos. Nuestra suerte está en nuestras propias manos.

Sí podremos celebrar en el 2010 los aniversarios de dos de las gestas más importantes en nuestra historia, pero no debemos olvidar que la celebración podría ser mayor.

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