Hace unos días, un grupo de intelectuales mexicanos enviaron una carta a David Dadonn, embajador de Israel en México, solicitando el cese al fuego en Líbano.
Imbuído de la diplomacia que hoy impera en el mundo, dicho personaje les respondió calificándolos de "terroristas". ¡Cuánto daño nos ha hecho y cuánto más nos hará esa visión unilateral del mundo!
Entre los terroristas se encuentra Elena Poniatowska, la "pobre señora" ahora "terrorista", por quien no puedo sentir mas que admiración y respeto. Lo mismo digo de Carlos Monsiváis, Sergio Pitol, Carlos Payán, José Emilio Pacheco y otros más que firmaron la carta de marras.
Pues bien, ahora hay una iniciativa para firmar una petición en línea con el mismo objetivo: parar la masacre. Supongo que los firmantes de tal petición entrarán automáticamente en la categoría de terroristas, según la visión del individuo ese que no merece que repita su nombre.
Por lo tanto, si quieres convertirte en terrorista pidiendo que se detenga el terror, puedes firmar la petición.
P. D. Nunca he comulgado mucho con la forma de ver la vida por parte de las culturas del Oriente Medio, simplemente por que no entiendo (apruebo sería la palabra correcta) muchas de sus tradiciones, costumbres y mandatos religiosos. Entiendo, mas no justifico, el odio que se tienen. No conozco a ningún musulmán, pero sí tengo amigos judíos y libaneses. A ambos grupos les he expresado mi punto de vista y lo respetan, aunque no les hace mucha gracia. Por lo tanto, mi posición en este conflicto no responde a ningún interés particular más allá del humano.
Creo necesario hacer la aclaración de que no soy antijudío, aunque sí antisemita (entendiendo el semitismo como la hegemonía de Israel en la región a cualquier precio). Tampoco estoy en contra de los libaneses o palestinos, sin importar su religión.
Simplemente no puedo ser mudo testigo de tamaña barbaridad.
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