martes, julio 11, 2006

El desprecio por la Historia y la defensa del IFE y el TEPJF

Los jilgueros oficiales, las voces ciudadanas, la oposición, los demócratas, México todo. No hay sector de la sociedad mexicana que no esté de acuerdo: estas elecciones del pasado 2 de julio son históricas.

Si Fox, Calderón, Ugalde y demás personeros del oficialismo coinciden en eso, ¿por qué negarle a este suceso tan relevante la entrada a la Historia por la puerta grande en vez de hacerlo como delincuente electoral por las mazmorras del status quo?

Por primera vez en la historia del país se tienen unas elecciones presidenciales así de reñidas. Haciendo a un lado las evidencias y sospechas de desaseo, mal manejo y la puesta en marcha del aparato gubernamental para favorecer a un candidato, este proceso comicial debe ser transparentado al máximo para que quede como referente de la vida democrática de México. Que sea un hito histórico por su civilidad y transparencia, no por lo contrario.

El principal interesado debería ser Calderón, que contrapuesto a la lógica anterior, ha decidido echar sobre sus hombros la sombra de la ilegitimidad como el precio a pagar para llegar al poder.

Esas camarillas de rufianes que han enturbiado la fiesta democrática que vivimos, que se han arrogado facultades y derechos que no les corresponden, y que han abrogado nuestros derechos ciudadanos, tomaron por asalto el IFE. Personalmente creo que los mexicanos cumplimos con nuestra parte, desde los capacitadores, los funcionarios de rango medio para abajo del IFE, los funcionarios de casilla, los observadores electorales, los representates partidistas, hasta los votantes en general.

Creo que el IFE sigue siendo una institución confiable y respetable, pero quienes lo han tomado de botín político le han hecho mucho daño. Es nuestro deber defenderlo, liberarlo de esos desvergonzados traidores a la Patria que lo tienen como rehén de sus intereses.

También es nuestra obligación defender al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Ante la situación que se vive, las presiones sobre ese órgano ya han empezado, y las ejerzen de manera ilegal quienes pretenden seguir usufructuando en su propio beneficio los recursos de la Nación; quienes desean postrar a México a los intereses económicos más viles, empobreciéndolo y haciéndolo vulnerable; quienes sumisamente han abjurado de su nacionalismo para ser serviles marionetas. En suma, de quienes están traicionando a Nuestra Patria, y por ende, a todos los mexicanos.

Difíciles tiempos esperan a la República, y en nuestras manos está defenderla.

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