En cuatro años, México perdió tres lugares en el ranking mundial exportador, ante la falta de una eficaz política de comercio exterior.
Mientras que en 2001 ocupó el lugar 12 de 30 naciones --considerando a cada uno de los países que integran a la Unión Europea--, en 2005 sufrió un fuerte retroceso al ubicarse en el sitio 15.
Además, las ventas totales que realiza México cada año incluyen la reexportación de productos comprados del exterior por la planta industrial para llevar a cabo labores de ensamble y procesamiento, a través de los programas de Importación Temporal para Producir Artículos de Exportación (Pitex) y el de Maquila.
Para los académicos Carlos Alba, del Colmex; Arnulfo R. Gómez, de la Universidad Anáhuac, y Enrique Dussel Peters, de la UNAM, así como José Francisco Narro, presidente del IMECE, el bajo dinamismo exportador presentado por el país es resultado de la ausencia de programas, proyectos y estrategias que permitan incrementar y mantener la adecuada presencia de los productos mexicanos en los mercados internacionales.
Arnulfo R. Gómez advierte que gran parte del comercio exterior de México está basado en la importación temporal de insumos para ensamblar y producir en el país a través de los programas de Maquila y Pitex.
El especialista refiere que en 2005, el 49.6 por ciento del total de las ventas de los productos mexicanos a los mercados foráneos estuvo constituida por insumos extranjeros, y 70.6 por ciento estuvo condicionada a la importación temporal de insumos.
Si se toma en cuenta sólo el valor agregado en la exportación mexicana, que en 2005 fue de 108 mil millones de dólares, el país se ubica en el lugar 25 en materia de exportaciones en el mundo.
Carlos Alba, investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex), anota que de 1993 a 2005 el comercio internacional aumentó 179 por ciento.
Enrique Dussel Peters, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que la disminución en el dinamismo exportador registrado por el país se debe en gran medida a la pérdida de competitividad que presenta la economía generada por una deficiente infraestructura, altos costos en el transporte de carga, elevadas tarifas en energía y combustibles, entre otras cuestiones.
José Francisco Narro, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE), afirma que entre las acciones que debe emprender el sector está la elaboración de productos de alto valor agregado, implicando el desarrollo de las industrias de soporte y alta tecnología; profundizar la relación mercantil con los principales socios (Estados Unidos y Canadá), y promover la cultura de la competitividad.
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