El ex presidente del gobierno español José María Aznar ocultó durante más de un año y medio que trabajaba para el magnate australiano de la comunicación Rupert Murdoch, quien por medio de su empresa News Corporation le pagaba cada mes 10 mil euros mensuales por servicios de asesoría y consultoría.
El gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la coalición pro comunista Izquierda Unida (IU) y nacionalistas gallegos reclamaron una explicación al político más emblemático de la derecha española, al considerar que pudo haber incurrido en "una grave incompatibilidad" mientras integraba el Consejo de Estado.
Miren nada más, otro de manos limpias, que hizo perder al PP el poder por su esquizofrénica aventura en Irak, y el pésimo manejo tendencioso que hizo de los atentados del 11M en Madrid, cuando aún gobernaba España; el mismo que vino a hacer proselitismos a favor de Calderón, y que hoy es alto funcionario de uno de los consorcios de información más grandes y derechistas en el mundo; pues este mismo chaparrito bigotón parece es otros más de los que piensan que la moral es un árbol que da moras (la versión completa de esta frase del Cacique Potosino Gonzalo N. Santos reza a la letra "... o sirve para una chin**da").
Aznar, que más debía ser Asnar, pertenece a la camada de neoliberales ultraconservadores, representantes de las oligarquías y de la cúpula religiosa católica representada por organizaciones como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo (sí, el del pederasta Maciel que sigue gozando de impunidad por sus crímenes sexuales contra menores de edad), o el clandestino El Yunque mexicano. No se necesita pensar mucho para saber que otros miembros de esa "destacada" cofradía son Vicente Fox, George Bush, el gabinetazo empresarial mexicano y el candidato a la presidencia del PAN.
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