La semana pasada y esta han traído noticias que nublan el panorama del fin del sexenio.
Si tomamos algunos de esos indicadores de manera aislada, la situación no parece ser tan complicada, pero cuando los vemos en un gran contexto, la cosa cambia.
Por ejemplo, en cuanto a Inversión Extranjera Directa (IED), ya he mencionado antes que buena parte va al sector especulativo de la Bolsa de Valores. Pues bien, de la cifra que cacarea el gobierno del cambio, 94 mil millones de dólares, solamente el 48% se usó para crear nuevas empresas, mientras que el 52% restante, fue para comprar empresas mexicanas, que so riesgo de decir una perogrullada, ya existían. Chiste tardío: es el gobierno del "cambio" pues sólo nos dejará algunas monedas (cambio) en los bolsillos.
Además, habría que tamizar esa cifra de 94 mil mdd, pues al hacerlo, el monto real de inversión se reduce mucho. Pero no profundizaré ahora en este tema.
Emepecemos a contar los indicadores económicos que son motivo de preocupación: la bolsa cayó hoy 4.09%, el peor desplome desde 2002. al igual que casi todas las bolsas de la región debido al alza de las tasas de interés en EU, medida adoptada como antídoto al incremento de la inflación en ese país; el petróleo baja de precio; el peso pierde terreno ante el dólar llegando a su peor nivel en 14 meses; las remesas de los paisanos disminuirán debido a la pinza formada por el muro fronterizo y la frontera militarizada; a pesar del crecimiento de 5% del PIB en el primer trimestre contra mismo período del año anterior, las proyecciones ubican el crecimiento en el sexenio en 2.2% como máximo; la balanza comercial de México con sus dos principales socios, EU y China (sí, China en segundo lugar) presentará un saldo favorable a nuestro país, pero con dos problemas: nuestras exportaciones se basan en el sector automotriz, que no es de frontera tecnológica, sea de manera directa o jalando otros sectores de la economía, y el saldo del comercio con China es deficitario; no hay crédito para las PyMES, que generan el 50% del PIB y representan casi el 98% de la planta productiva en México.
En política no pintan mejor las cosas: el enrarecimiento de las campañas electorales; los hechos de violencia en Atenco, Sicartsa, y en varios estados del país, los aparentemente protagonizados por el crimen organizado; y la errática conducción de Fox y su gabinetazo.
Algunos factores no está en nuestras manos resolverlos, pero otros sí. Debemos exigirle al Presidente que honre la investidura que la mayoría de los mexicanos le otorgaron, gobernando para todos y no sólo para unos cuantos; debemos exigirle a los candidatos que cesen sus pleitos de vecindad y se dediquen a buscar soluciones viables a los graves problemas del país; que las provocadoras manos que mueven los hilos de la violencia cesen en su intento; que el poder Legislativo cumpla con su función de representar a sus electores; que el poder Judicial deje de fungir como una oficialía de partes al servicio del Ejecutivo; y que los mexicanos todos nos pongamos a trabajar en beneficio de nuestra nación.
Y por último, pero no menos importante, hagamos labor de convencimiento con amigos, vecinos y sobre todo con los jóvenes, para que vayan a votar este 2 de julio, sin importar a quién otorgarán su voto razonado. Mucho daño le hacemos al país practicando el abstencionismo.
¡Seamos responsables y votemos!
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