Revela un artículo de La Jornada que el 98.8% de la planta productiva del país corresponde a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES). Así mismo, casi el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) es generado por ellas.
Sin acceso al crédito de la banca comercial, el principal mecanismo de financiamiento de las PyMES es con los proveedores. Por su parte, el gobierno federal sólo destinará este año poco más de 2 mil millones de pesos (mdp), el 0.0185% del PIB, para impulsar este importante sector de la economía del páis, pues no está dentro de sus prioridades.
Pero en el 2005, para el rescate de los bancos (IPAB) asignó más de 692 mil mdp, el 6.36% del PIB. Para el rescate carretero (FARAC), asignó 159 mil mdp, 1.46% del PIB.
Los datos provienen de un informe emitido por la Secretaría de Hacienda a principios de este 2006.
No olvidemos que tanto el PAN como el PRI fueron los principales promotores del rescate bancario (inicialmente llamado FOBAPROA, que luego cambió de nombre a IPAB para dorarnos la píldora), y del carretero. Ambas privatizaciones fueron dos de los enorme fracasos que resultaron de las administraciones de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León. Destacados paladines de la causa del FOBAPROA-IPAB fueron Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón. Éste último, siendo diputado sin haber sido elegido, pues llegó a la Cámara por la vía plurinominal, declaró públicamente que no votaría a favor del IPAB, para unos cuantos días después desmentirse al votar a favor (Fe de erratas: Calderón no era diputado en ese momento, era Presidente del PAN). Prometió aclararle a la opinión pública por qué había cambiado de opinión. Aún seguimos esperando su explicación.
Es evidente que ésta no es la manera en que el país podrá crecer.