domingo, enero 28, 2007

El chivo de Davos

Su Serenísima Majestad, Felipe El Nono, logró ser noticia en Davos mediante el recurso más fácil: el escándalo. Sí, en el Foro Económico Mundial repartió coces, patadas, mordidas, rasguños y pellizcos.

Primero, se aventó un pleito de café con Lula da Silva, el presidente del soberano Brasil. En un panel de discusión, se lanzó con todo contra colegas suyos latinoamericanos que han tomado medidas en sus soberanos países que le levantaron ámpulas al quisquilloso Emperador del Imperio PAN-Ibérico. Concretamente dirigió sus críticas a Evo Morales, presidente de la soberana Bolivia, y a Hugo Chávez, presidente de la soberana Venezuela, por las expropiaciones que realizó el primero, y por la posición anti imperialista del segundo, y quien también ha realizado recientemente, expropiaciones a favor de su soberano país. Sin ningún empacho también raspó a Fidel Castro (hablando de las "dictaduras personales vitalicias"), presidente de la soberana Cuba, y a Néstor Kirchner, presidente de la soberana Argentina, también subido en las ola expropiatoria. La pugna se dio cuando Lula salió en defensa de los defenestrados mandatarios latinoamericanos, especialmente sacando la cara por Morales y Chávez.

La Doctrina Estrada, que defiende el respeto a la soberanía de los pueblos, seguirá durmiendo el sueño de los justos, pues Felipe El Nono no solamente la ignoró, sino que actuó en sentido contrario agrediendo a naciones soberanas.

No contento con repartir patadas a unos cuantos, agarró parejo al fustigar a aquellos que tienen prejuicios sobre el libre comercio, o sea, casi toda la región.

Pero Su Majestad recordó su vena belicosa que le ha llevado al camino de la militarización en México y siguió con renovados bríos. Tuvo la osadía de declarar que el 2 de julio pasado "los mexicanos decidieron en favor de la democracia, del mercado y de políticas públicas responsables y viables". Calderópolis, la recién fundada nación virtual construida sobre los cimientos de Foxilandia, le ha dado una perspectiva acomodaticia a Su Señoría. Decir que el haber sido elegido solamente por un tercio de los votantes le da derecho a afirmar que el 70% restante comparte su ideología, es una desproporción gigantesca.

Animado por sus delirios neoliberales, alabó sin medida a sus antecesores, Vicente Fox y Ernesto Zedillo, por haber sido fieles guerreros del neoliberalismo, modernos paladines del libre mercado aunque a su país se lo lleve patas de cabra. Con la plena convicción de quien no escucha a sus detractores, el otrora llamado Hijo Desobediente prometió seguir los modelos de tan insignes personajes ante una audiencia del todo propicia para tales afirmaciones: el propio Ernesto Zedillo, José Angel Gurría (ex canciller mexicano y ex secretario de Hacienda, actual director de la neoliberal OCDE), Guillermo Ortiz (una de las joyas de la corona salinista, ex secretario de Hacienda y actual director del Banco de México), Natividad González Parás, gobernador panista de Nuevo León (fe de erratas 29 de enero 2007: un lector me corrige y me dice que es príista, y tiene toda la razón), y Jacques Rogozinski, encargado de la venta de garage de paraestatales como coordinador de la Unidad de Desincorporación de Entidades Paraestatales cuando Pedro Aspe era secretario de Hacienda y Carlos Salinas presidente de México. ¡Ni más ni menos el Quién es Quién del neoliberalismo!

Por último, no podemos olvidar la escenita de Hijo Desobediente y Berrinchudo que protagonizó en la conferencia de prensa conjunta con Angela Merker.

Ante tanto destrozo infligido a la diplomacia internacional, y sus declaraciones que afrentan al 70% de los mexicanos, Su Alteza Felipe Calderón El Nono ya no podrá ser el Hijo Desobediente, sino el Chivo Desobediente que hizo añicos la cristalería de la diplomacia mexicana.


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El Universal - Palomo

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

buena nota sr. Robles, solo que hubo un error, el gobernante de Nuevo León, Natividad, es priista y no panista

Manuel Robles dijo...

Ooopps! Tiene toda la razón, ya corregí el error. Gracias por hacérmelo notar.