Lejanos parecen los días en que Felipe Calderón era destapado como candidato del PAN a la presidencia, (casualidades de la vida, nada más ni nada menos que por Francisco Ramírez Acuña, hoy Secretario de Gobernación) mientras Fox montaba en cólera pues su jinete desginado para sustituirlo en el jamelgo que llaman "plan económico" era el chico palacio, Santiago Creel.
Todo el mundo rió de buena gana cuando se enteró de las pretensiones presidenciales del pelón chaparrito de lentes. Pero fue cobrando fuerza, (por misteriosas razones que no tienen nada que ver con inyecciones millonarias de dinero, no, por supuesto que no) y desplazó a Creel al obtener la candidatura anhelada (dicen las malas lenguas, generalmente bien informadas, que fue apoyado por los mismos empresarios que invirtieron millonadas en la campaña mediática del miedo).
A pesar de que el corcel panista se veía más bien enclenque (nunca contendió en una elección y sus diputaciones fueron plurinominales, segundón dentro de los gobiernos estatales y federales (su cima fue como Secretario de Energía por menos de un año), nunca permaneció lo suficiente en un puesto para ver si servía para algo), lo empezaron a atiborrar de su avenita y enormes cantidades de publicidad. Poco a poco el pony fue engordando, que no creciendo, y ya no se le veía tan escuálido pero seguía pareciendo poca cosa.
Al parecer el único mérito que había hecho para lograr la candidatura fue mentir y esconderse, pues como líder de la fracción panista se opuso a la conversión de los pagarés del FOBAPROA en deuda pública a través del IPAB, pero a la hora de la votación, ¿como creen que votó? Obvio, totalmente contrario a lo que había sostenido. Por arte de magia, todos los defectos y efectos negativos que había venido blandiendo como argumentos para rechazar la aprobación del IPAB, pasaron a ser cualidades suficientes para votar a favor.
Sin experiencia de gobierno, sin haber nunca sido electo, sin experiencia en la administración federal, sus impulsores empezaron a ver con preocupación que su campaña nomás no prendía. Lo regañaron los empresarios en Monterrey, le empezaron a tirar periodicazos, su propio partido entró en pánico y públicamente dijo que a lo mejor había que cambiar candidato, el mismo Calderón reconoció varias veces en entrevistas radiofónicas y televisivas que no convencía ni a su madre, se vio forzado a cambiar su equipo de campaña, e inició la guerra sucia contra quien llevaba la delantera: Andrés Manuel López Obrador.
A partir de ese momento, la campaña la hicieron todos menos él. Nunca más le dieron el control pues había demostrado que nomás no sabía como hacerlo. Hasta Manuel Espino, dirigente del PAN y quien lo describió como "el pelón chaparrito de lentes", dejó a un lado su odio contra Calderón para hacerlo llegar a la presidencia.
Era totalmente previsible que siendo un personaje tan menor con tan corta estatura política y ninguna característica de estadista empezaría sacando el petate del muerto para espantarnos (su inmediata cercanía con los militares aumentándoles el sueldo su primer día como presidente y comiendo con ellos en su primer acto oficial).
A partir de ahí ha consolidado su imagen confirmando lo que muchos temíamos: un presidente débil, sin recursos y solo.
La Jornada - Hernández
Puso en marcha su charada con que pretende que lo veamos fuerte (sus operativos militares en Michoacán, Tijuana (que no en toda Baja California), Guerrero y donde se acumule previo aviso para que los capos se pongan cómodamente a salvo); se quiere lucir yendo a EU a hablar con Bush con tan mala información que no se da cuenta que se entrevistará con él justo el día en que se anuncia que los republicanos perdieron el control del congreso, por lo que nadie pela a Calderón; se monta a todo evento que pueda darle popularidad (al pero estilo Fox) y ya se reunió hasta con las Chivas tapatías; ahoga al niño y luego intenta tapar el pozo personalmente, porque el albañil que mandó es igual de babalucas (Sojo), caso tortilla por ejemplo; se va a Nicaragua a decir sandeces (no tanto por lo que dijo, sino por que no hay modo de creerle) México volteará a América Latina, fuchi a los gringos, todos somos cuates, etc.; luego la conferencia de prensa que se organizó a sí mismo para celebrar sus primeros 45 días de gobierno (si no me la hago yo, ni quien se acuerde) y mentir acerca de sus resultados: la situación de México en mis 45 días es imposible que pueda ser mejor. Oaxaca está ahí para desmentirlo, al igual que la impunidad de la que goza Marín como gobernador de Puebla.
El Universal - Helioflores
Y se vislumbra que empezará a incumplir, y olvidar, sus promesas de campaña, pues ahora resulta que "no hay empleos que se generen por arte de magia", o lo que es lo mismo, la culpa es suya por creerme. Si Harry Potter nos había hecho creer nuevamente en la magia, Calderón se encarga de quitarnos hasta la ilusión. Ahora resulta que "el presidente del empleo" no sabe como empezar a generarlos. Su programa de subsidio, quebrantando en 3 mil millones de pesos los ingresos del IMSS, para crear plazas nuevas no es más que un golpe mediático de poca efectividad.
La Jornada - Helguera
¿Y qué decir del asunto del maíz? La autosuficiencia alimentaria es cuestión de Seguridad Nacional, así que el efecto visible es la desmedida alza a la tortilla, pero sus causas son otras. La tremenda especulación hecha por tres empresas: Minsa, Maseca y Cargill, todas beneficiarias directas de las condiciones en que dejaron a la industria maicera, desde su siembra y cosecha hasta su distribución, los esfuerzos modernizadores de Carlos Salinas de Gortari con el Tratado de Libre Comercio.
La exitosa especulación indica que en México no somos autosuficientes en producción de maíz; que es fácilmente manipulable el mercado pasándole la factura a los mexicanos; que el gobierno de Calderón ni se olió esta embestida especuladora; que no supieron como reaccionar; que lo hicieron tarde y mal con un acuerdo vigente hasta abril de este año.
Y los demás renglones de la producción de alimentos andan por el estilo.
Pues gracias al voto inútil (o sea, el fraude electoral) y aquellos ingenuos que aún hoy confiesan públicamente que votaron por Calderón, tendremos otros seis añitos de Foxilandia Recargada, esta vez protagonizada por Felipe Calderón.
¿Realmente alguien esperaba algo distinto?
Technorati tags: México, Calderón, empleo, maíz, seguridad, nacional
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