Bueno, pues los funcionarios de la "continuidad" ya empiezan a rebuznar.
Sólo era cuestión de tiempo, y uno de los casos más lógicos es el de Francisco Ramírez Acuña, Secretario de Gobernación.
El docto funcionario que afirma "yo sé de política interior" dijo que no hay que hacerle "el caldo gordo" al narcotráfico, para después agregar "déjenlo a quienes saben de seguridad pública".
Estas declaraciones las hizo en referencia a los cuestionamientos de los reporteros acerca de la aguda crisis de seguridad pública derivada del narcotráfico, para puntalizar que no debemos seguirnos "regocijando" en el tema. Según el Diccionario de la Real Academia Española, regocijar significa "Alegrar, festejar, causar gusto o placer". ¿Habrá alguien que se alegre, además de los delincuentes, de la situación actual de inseguridad en todo el país? ¡Ay Sr. Ramírez!
Pero tratando de entender lo que quiso decir, nos dice que nos hagamos los locos, y que eso permitirá a los "expertos" hacer su trabajo. Algo así como "no me presionen que me enfermo". ¿Es lógico que un Secretario de Gobernación nos pida a todos de que nos olvidemos de un tema que nos preocupa? La prepotencia conocida de este infausto personaje se cuela por todas las rendijas de sus declaraciones: no me molesten que estoy trabajando.
Le recuerdo que la Constitución mexicana consagra varios derechos que nos permiten, y obligan, a pedir cuentas a los gobernantes, así como el de expresarnos libremente.
¡Cállense y verán! es lo mismo que "Comes y te vas" o "Protestas y te vas". Cerrar los ojos a la realidad no solucionará el problema, así como tampoco pedir que los dejen trabajar en lo oscurito.
¿Alguien esperaba algo diferente de este señor? ¡Pa' su ...!
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