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sábado, enero 13, 2007
Me tomé mi tiempo para revisar las fotos
Como dice el título, no quise juzgar en caliente las fotos, honestamente ridículas, de Felipe Calderón, Su Alteza Serenísima, disfrazado (porque NO está vestido) de militar.
El acto tuvo lugar en Michoacán, feudo de los Cárdenas gobernado por el nieto homónimo del General: Lázaro Cárdenas.
No abordaré el motivo de tal exhibición, solamente diré que se trataba de un supuesto homenaje al ejército mexicano, sobre el que ha fincado su presidencia.
Si yo fuera militar, me sentiría agraviado. La chaqueta que le dieron le quedaba grande, y además la traía desabotonada. Caminaba sin garbo, sin presencia militar (¿pues de dónde?), sin siquiera semejar a un soldado ni en el porte, mucho menos en la estatura y tampoco con la solemnidad requerida para tal ocasión.
La gorra la traía demasiado al frente.
En suma, fue una pifia infinita de Felipe El Nono haber cedido a último minuto, porque no me explico que algo tan desastroso estuviera planeado de antemano, a la tentación de disfrazarse de militar.
Las imágenes hablan por sí solas.
Technorati tags: Calderón, México, ejército, Cárdenas, Michoacán, Apatzingán
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