No, no me refiero a que la Historia lo reporobará cuando se revise su sangriento mandato, sino a que en la línea de los presidentes ultra conservadores es un ignorante e inculto.
El mismísmo Pat Buchanan, duro entre los duros y antiguo prominente republicano, vaticinó el fracaso de esta guerra en el 2003, cuando apenas Baby Bush se embarcaba jubiloso en su cruzada anti islámica y pro petróleo.
Buchanan dijo caústicamente: "La única lección que no aprendemos de la historia es que no aprendemos de la historia".
Pero sin arredrarse por nimiedades, como los 3 mil estadounidenses muertos y los miles de iraquiés, Baby Bush, el cachorro sangriento, envío ayer a Irak un contingente adicional de más de 20 mil soldados. Tampoco lo ruborizó el hecho de que haya aceptado que ha cometido errores en esta invasión, eufimístacamente llamada por él "guerra".
Lo he dicho en muchos de mis comentarios, y se impone volverlo a decir ahora: El que no conoce la Historia está condenado a repetirla.
De esta manera absurda, Bush se dirige al fracaso más estrepitoso de las aventuras militares de Estados Unidos desde Vietnam, y recorrerá la senda que otros han transitado en su afán de someter al mundo islámico, como Francia, España, Inglaterra (quien se negó a mandar más soldados a Irak evitando ser nuevamente el patiño de Bush), Rusia, Israel y los mismo Estados Unidos.
La sordera de Bush es total. Nada ni nadie podrá convencerlo de que ha tomado el camino equivocado y debe recular, ni sus muertos, ni la condena internacional, ni la pérdida del control del congreso norteamericano, ni los informes de especialistas que desnudaron su barbarie e ineficacia. Ni siquiera el rechazo de los electores de su país a su política de guerra.
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