Clic para agrandar.Cartones - La Jornada
Una presidencia acotada por los múltiples compromisos de Felipe Calderón es lo que se nos empieza a revelar.
Compromisos como gobernante con una ideología que no tiene amigos, solamente intereses.
Compromisos con quienes ilegalmente le allanaron el camino llevándolo al poder, que le llevan a ser faccioso y parcial cuando debería gobernar para todos.
Compromisos con intereses alejados de la voluntad de dos tercios del país.
Compromisos con una camarilla cínica, inmoral y ultrajante.
Compromisos con extranjeros que le apoyaron en su camino a la presidencia, como es el caso de los españoles.
Compromisos que ha tenido que tejer con las fuerzas armadas más allá de toda sensatez republicana.
Compromisos con un esquema económico y un sistema de gobierno que ha empobrecido al país y le está birlando, lenta pero seguramente, su patrimonio nacional, como los hidrocarburos, la electricidad, la autosuficiencia alimentaria, los derechos políticos, y muchas cosas más, pero en especial le birla a México de sus ciudadanos, que migran al extranjero para buscar lo que su país no quiere darles: trabajo, bienestar, seguridad, alimentación y educación.
En la contra, no respeta sus compromisos realizados con el país cuando era candidato presidencial y rogaba por el voto de la gente.
Una presidencia ahogada que lucha en contra de sus aliados y favorece a sus enemigos, lo que le ha llevado a refugiarse en el ejército y la armada.
Un sistema político republicano, consagrado a lo civil, militarizado en los hechos.
Un ganador que ha perdido.
Un país enfilado al precipicio.
Technorati tags: Calderón, México, impunidad, inseguridad, corrupción
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