Hace unos momentos fui a cenar, y coincidí con el inicio del noticiario Hechos de Javier Alatorre. Dicho programa abrió con una entrevista a AMLO.
La intervención de AMLO empezó mal, llegó a su clímax y acabó regular. Fue un mal inicio porque de inmediato acudió a la muletilla de los ataques, lo que provocó un inmediato rechazo en mi mente. Ya lo dije antes: no queremos ni mártires ni mesías en la presidencia del país.
Después de esto, a una pregunta de Alatorre, mencionó los nombres que en enero de este año había manejado para su gabinete: Juan Ramón de la Fuente, José María Pérez Gay y Rogelio Ramírez de la O. Quedó trunco el tema de que la mitad del gabinete serán féminas, pero adelantó que algunas de ellas que colaboraron en el gobierno del DF podrían ser llamadas.
A continuación armó su defensa, medianamente inteligente, de algunos de los ataques que se le han hecho. Parecía que se iba a empantanar en el pan con lo mismo que nos han venido endilgando: complots, guerra sucia, endeudamiento, mentiras, calumnias y cero propuestas de parte de los tres rijosos candidatos. Por fortuna, tomó un rumbo distinto.
Empezó a hablar del uso de la política, (que definió como diálogo, acuerdo y negociación), de privilegiarla sobre otros aspectos debido a que ha sido olvidada, y sobre todo, recurrir a ella antes que a la fuerza. Alatorre le tiró un buscapiés diciéndole que había voces que abogaban por la mano dura, ya que la política era para pusilánimes (no lo dijo en estas palabras, pero era el sentido). AMLO capoteó bien el toro y se salió por la puerta juarista citando al Benemérito: Nada con la fuerza, todo con el derecho y la razón.
Por cierto, hizo dos o tres menciones al presidente Juárez y se declaró juarista. Esto mueve a reflexiones de las que me ocuparé más adelante.
El clímax fue cuando habló del empobrecimiento de la población, de la migración, de la desigualdad en la distribución de la riqueza, temas que he tratado con anterioridad. Pero cuando dio un tiro en el corazón del proyecto neoliberal, defendido por panistas y priístas, fue cuando aseguró que la clase media ve cancelarse sus oportunidades con la actual política económica. Casi lloro porque sentí que me hablaba a mí, no por egocentrismo, sino porque describió cómo mi condición clasemediera se ha ido deteriorando día a día.
A partir de ese momento inició el decline de la entrevista, entre las prisas de Alatorre porque se acababa el tiempo, y el esfuerzo de AMLO por regresar a temas que no pudo completar debido a las constantes interrupciones del citado conductor, se pudieron hilar pocas frases rescatables. Quizá la más importante, una nueva invitación para que AMLO regrese al noticiario y toque los temas inconclusos o los que se quedaron en el tintero.
Tres breves reflexiones, tres, para terminar. La primera es que me parece un error que la mayor parte del tiempo AMLO hable en primera persona: me atacan, me tienen miedo, hablan de mí, mi gobierno, yo, yo, yo. Hubo un momento en que rectificó al aclarar que más que atacarlo a él se va tras el cambio que representa, y el proyecto del que es el abanderado. Pero pronto se olvida esto ante las reiteradas referencias a su persona. Mesiánico por momentos, caudillesco por otros, mártir en otros más. Sr. peje, cámbiele de canal y rectifique este aparente egocentrismo.
La segunda es que ninguno de los candidatos hace referencia frecuente a nuestro pasado político histórico. ¿Nadie cita a nuestros héroes porque no se identifican con ellos? Esa es una buena pregunta para los candidatos. A últimas fechas es que AMLO ha empezado a explotar ese recurso.
Tercera y última. Mencionó que se le hacen críticas por comerse las eses o por ponerlas de más. ¿No habrá racismo detrás de este tipo de críticas? Pienso que sí, y eso nos debe poner a pensar.
A pesar de las chapucerías de Alatorre y algunas pifias ya expuestas de AMLO, fue interesante presenciar la charla que sostuvieron. ¿Alguien me podría informar si ya circularon por esa pasarela los demás candidatos? ¿De ser así, saben si está circulando en la red el video de las entrevistas?
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