Rolling Stone a través de La Jornada: "En Ohio, estado clave, los comicios más sucios que EU jamás haya visto, señala experto".
Dos años después de la elección presidencial y a unos meses de los comicios legislativos, persiste la duda sobre si cada sufragio es contado en Estados Unidos y si George W. Bush ganó la votación en noviembre de 2004.
En un amplio artículo publicado por Rolling Stone, Robert Kennedy Jr examinó una serie de irregularidades, evidencias de manipulación, supresión del voto y de fraude, concluyendo: "estoy convencido de que el partido del presidente montó una campaña masiva y coordinada para subvertir la voluntad del pueblo en 2004".
A escala nacional, señala entre ejemplos de que algo sospechoso ocurrió, casi la mitad de los 6 millones de votantes estadunidenses en el exterior jamás recibieron sus boletas, o las obtuvieron demasiado tarde.
En tanto, una empresa de asesoría contratada por los republicanos para empadronar votantes en seis estados claves fue descubierta destruyendo registros de demócratas, y en Nuevo México, donde la elección fue decidida por un margen de unos 6 mil votos, se reveló que misteriosamente las máquinas fallaron en registrar el voto presidencial de unas 20 mil boletas.
También a escala nacional, agrega, se anularon hasta un millón de votos por maquinaria que no funcionó correctamente, casi uno por cada 100 emitidos.
"Pero lo más anómalo de las irregularidades en 2004 fue su giro decididamente partidista: casos sin excepción dañaron a John Kerry (el candidato presidencial demócrata) y beneficiaron a Bush", escribió Kennedy.
El autor -hijo del famoso Robert Kennedy y sobrino del presidente John Kennedy-, quien se dedica a proyectos ambientalistas y de derechos humanos, se enfoca en el caso de Ohio, estado que fue fundamental para determinar el resultado de la elección nacional presidencial.
En Ohio, a por lo menos 357 mil votantes, la abrumadora mayoría demócratas, no se les permitió emitir su voto, y éstos no fueron contados en 2004 (más de lo suficiente para haber cambiado los resultados de una elección decidida por un margen de 118 mil 601 votos).
Uno de cada cuatro ciudadanos empadronados en Ohio llegó a la casilla sólo para ser notificado que no estaba en el padrón. Además hay pruebas de un fraude bruto, las cuales indican que más de 80 mil votos en favor de Kerry fueron sumados a Bush, lo cual es un giro de intención de unos 160 mil sufragios, más de lo necesario para haber entregado el triunfo al candidato demócrata.
Por mi parte agregaría que deberíamos revisar si no nos adeudan algo por derechos de autor, pues las tecnologías de la mapachería fueron refinadas en suelo azteca, y hoy todavía siguen poniéndose en práctica.
Así que para hacerles la labor más difícil a los apátridas defraudadores electorales: ¡Todos a votar!
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