miércoles, junio 21, 2006

El olvidado campo mexicano

El Financiero en linea: "El campo mexicano atraviesa por una crítica situación productiva y financiera, que lo sitúa como uno de los sectores en crisis estructural y con mayor abandono gubernamental, debido a que los subsidios per cápita para el sector alcanzan 91 dólares en México, mientras que en Estados Unidos el promedio es de 317 dólares.

La precariedad en el sector rural de México afecta a nueve millones 357 mil personas, mano de obra contabilizada en la esfera de la producción agrícola. De este universo, 60 por ciento cosecha en una superficie que va de dos hasta cinco hectáreas de tierra.

Según el último Censo Agrícola, la mano de obra en el campo, alrededor de 77 por ciento, esto es, siete millones 253 mil personas, no percibe remuneración alguna porque su desempeño es considerado dentro del ámbito familiar.

En contraste, sólo 22 por ciento de la mano de obra es remunerada, representando un total de dos millones 104 mil personas.

Aquí cabe hacer una anotación importante, pues de este número, sólo 344 mil personas están registradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es decir, el 16 por ciento.

Al considerar estas disparidades en el registro de productores rurales, en términos oficiales se logra inferir que se dio una pérdida de 122 mil 163 empleos en el campo mexicano durante la actual gestión administrativa.

De este modo, se canceló la posibilidad de un empleo permanente para casi 35 mil personas y un trabajo eventual para 87 mil.

Además de que el gasto público federal en la función del desarrollo agropecuario, pasó de 29.7 por ciento del total del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario durante 1994, a 16.9 por ciento del Producto al cierre de 2005.

Sin embargo, aunado al problema financiero y de comercialización que se vive en el campo mexicano, todavía no se logra consolidar la integración de cadenas agroalimentarias, que podrían posibilitar un mayor retorno del valor al productor primario.

El compromiso gubernamental es el de integrar 26 cadenas productivas de los cultivos más relevantes; al respecto, sólo en 2001 se logró la integración y puesta en marcha de seis cadenas productivas, y para el año pasado se programó la integración de ocho cadenas más, de las cuales sólo se protocolizaron tres.

Los embates que ha resentido el sector agrícola se explican por el abandono de los recursos financieros con los que contaban los productores, y que les ha impedido mantener, e incluso elevar, la superficie sembrada en el país, la cual asciende a 13 millones 695 mil hectáreas, lo que significa una caída de 8 por ciento respecto a la superficie utilizada para ese fin en la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los indicadores del sector agrícola permiten advertir un panorama poco alentador para el sector, ya que el PIB agropecuario llegó a representar el 7.9 por ciento antes de que se considerara la negociación del TLCAN.

Al entrar en vigor el tratado comercial --hace más de doce años-- esta participación pasó a 5.5, y las estadísticas correspondientes al cierre del año pasado ya anticiparon que dentro del PIB global, el sector agropecuario tiene un peso de 4.2 por ciento.

Del escenario descrito se puede inferir que en la actual administración quedó marginada la política de desarrollo rural del gobierno federal, cuyo énfasis fue impulsar el dinamismo agropecuario y rural bajo un enfoque integral y sustentable."

El escenario que pinta El Financiero solamente puede calificarse de desastroso. No solamente pone en riesgo la actividad del campo en México, sino también a sus otrora habitantes, trabajadores y productores, muchos de ellos integrados a los ríos humanos que buscan mejores condiciones de vida en las ciudades o en los EU.

Si esto no fuera suficiente razón para ponerle atención al abandonado campo, tenemos un poderosísimo motivo más: la cancelación de nuestra autosuficiencia alimentaria, oo que es un asunto de Seguridad Nacional.

Históricamente, la humanidad se concentraba en las zonas rurales, desde el punto de vista poblacional. Esa tendencia se ha venido revirtiendo desde hace unos veinte años, curiosamente el tiempo en que el neoliberalismo ha azotado al mundo. Hoy, hay más gente viviendo en las ciudades que en el campo por primera vez en la historia de la humanidad.

No es dable pedirle a Fox que entienda y arregle este problema, no solamente porque su sexenio está a punto de acabar, gracias a todos los dioses del cielo, sino que su visión empresarial de Nación no le permite ver que hay que invertir en este rubro. Además, su ignorancia, incapacidad, irresponsabilidad, insensibilidad y legendaria estupidez hacen imposible el siquiera considerar que podría interesarse en este asunto.

Le tocará, entonces, al próximo presidente de México llevar inversión y consuelo a nuestros compatriotas, que en retorno, deberán hacer su aportación para que la suficiencia alimentaria del país deje de ser tan magra, y por ende, reducir la vulnerabilidad de nuestra nación en este rubro.

Felipe Calderón ha dicho hasta el cansancio que será la continuidad del cambio, sea lo que fuere lo que esto signifique. Es nuestra obligación como ciudadanos exigirle que no perpetúe la masacre del campo mexicano.

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