domingo, junio 18, 2006

Ghana e Italia sorprenden en sus respectivos encuentros

Cristiano Ronaldo celebra su gol de penal para el 2-0.
Foto de AP.
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La sorpresa de Ghana fue haber dado un inesperado zarpazo a la República Checa, quien venía de humillar a los Estados Unidos, mientras que la sorpresa de Italia fue su inefectividad e inoperancia.

En el primer cotejo del día, Portugal no se encontró a sí mismo pero logró ganarle a un débil cuadro persa. La falta de juego de conjunto de la oncena lisutana les dificultó las cosas a todo lo largo del partido. La prueba está en que el goleador Pauleta no tuvo una participación relevante, debido a que sus compañeros no lo surtían de cueros, pues prefería el juego individual e individualista.

El ejemplo más claro de esta falta de cohesión es Cristiano Ronaldo, quien demuestra fehacientemente sus dotes de extraordinario jugador, pero también su creencia de que el universo, por lo menos dentro de la cancha, giran en torno de él.

A mi juicio, fue un juego deslucido, sin muchas emociones que contar. El marcador quedó 2-0 a favor de Portugal con goles de Anderson Deco al 63' y Cristiano Ronaldo de penal al 80'.

Los ghaneses celebran pasar a la historia.
Foto de Simon Bruty, Sports Illustraded.
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El calendario continuó con el juego entre la República Checa y los leones de Ghana. Los africanos desplegaron un juego veloz, despreocupado y sin fijarse en el tamaño del rival, no por esto descuidándose.

Ghana estableció varias marcas con este partido: el gol más rápido de Alemania 2006 (al 1:08), obtener el primer triungo de un equipo africano en este mundial; conseguir su primer triunfo en un mundial; y dejar boquiabiertas al mayor número de fanáticos del futbol al ganarle al segundo sembrado en la clasificación de la FIFA. ¿Poca cosa, verdad?

Gyan Asamoah levantó de sus asientos al público cuando apenas acababa de acomodarse para disfrutar del encuentro. Al minuto 1:08 recibió cerca de la medialuna checa un centro desde la punta izquierda, mató el balón con el pecho y resolvió con un obús imparable, para decretar el 1-0. Asamoah fue grande con este gol, y lo negoció como si fuera solamente los grandes saben hacerlo. Uno de los pepinos más bellos de este mundial.

Ante el desconcierto generados por la genialidad de Asamoah, unos diezmados checos se lanzaron al ataque con todo. A pesar de no contar con sus estrellas en la delantera Jan Koller y Milan Baros, ambos lesionados, buscaron el descuento durante todo el encuentro.

La espectacularidad, la emoción y las continuas llegadas de ambos equipos signaron el encuentro, uno de los más vibrantes de esta Copa. Pero la velocidad de los africanos fue veneno puro para los europeos, y Asamoah ya no creía en nadie mas que en sí mismo. Hizo trizas a la zaga checa, puso el pase para el segundo gol de Ghana obtenido a través de Sulley Muntari, tiró y falló un penal al minuto 66, causó la expulsión de Tomas Ujfalusi, y mantuvo al guardameta checo Petr Cech mucho más ocupado de lo que este hubiera deseado y pensado.

Los antiguos checoslovacos no cejaron en su empeño de remontar el marcador, pero sus intentos fueron infructuosos, pues el cancerbero ghanés Richard Kinsgton detuvo espectacularmente en dos ocasiones sendos cabezazos de los europeos, que hubieran empatado el juego.

El destino de la selección de la República Checa quedó sellado al minuto 65, cuando Tomas Ujfalusi se hizo expulsar al derribar a la pesadilla africana Asamoah siendo el último hombre que se interponía entre éste y el gol. El juego finalizó a favor de los sorprendentes africanos con los cartones 2-0.

Seré justo brindándole un gran aplauso a ambos conjuntos por haberse entregado en cuerpo y alma. ¡Bravo!

Lamentablemente, la dosis de emociones del día se agotó con el cotejo checho-ghanés, pues azurri y norteamericanos realmente aburrieron. No faltaron las pinceladas de futbol, pero se quedaron en eso, en pinceladas. El marcador de 1-1, aunque parezca imposible, restó más que sumó a ambos equipos. El olor a derrota para ambnos cuadros no pudede evitarse con la igualada, pues los italianos quedaron evidenciados, por lo menos en esta confrontación, como ineficaces, ineficientes y hasta torpes, pues el gol en contra fue producto de un autogol y todo el segundo tiempo jugaron en superioridad numérica. Por su parte, los petulantes estadounidenses también se vieron faltos de técnica e imaginación, comprometiendo su situación para la clasificación.

La violencia fue el gran protagonista en este juego: dos expulsados por el bando americano, y uno por el europeo, además de una ensalada de variopintas faltas aderezada generosamente con tarjetas de todos colores, e incluso con la sangre de Brian McBride producto de un codazo de Daniele de Rosi, que le gano al italiano su viaje a las regaderas. El escenario de la clasificación quedó totalmente abierto a la definición en los juegos del próximo jueves: los italianos frente a los checos que buscarán lavar la afrenta africana con quien se les ponga enfrente, y los sorprendentes ghaneses intentarán escribir una página más de grandiosa historia ante los diezmados americanos, pues por las expulsiones no contarán con Pablo Mastroeni y Eddie Pope.

Realmente, una actuación reprobable de ambos seleccionados nacionales.

Tabla de resultados del 17 de junio de 2006.

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