¿Les suena la cancioncita? Parece que asistimos en el mundo a la creación de dos grandes bloques en las democracias occidentales: los gobiernos de tendencia de izquierda y los de derecha, con tendencia a la ultraderecha.
En el primer bloque tenemos a Chile, Brasil, Venezuela, Bolivia, y quizá, próximamente México, por lo que respecta a Amética Latina. En Europa, el caso más reciente es de Italia, donde acaba de ser electo como Presidente un antiguo comunista. Francia es un caso especial, pues a pesar de que la izquierda participa en el gobierno, las medidas radicales que se han venido tomando se acercan más a la extrema derecha.
El bloque antagónico es lidereado por los Estados Unidos, cada día más dominados por el ala dura del Partido Republicano. Perú coquetea con Alan García, otro desconcertante personaje que a últimas fechas se ha alejado de la izquierda, opuesto a lo que provocó que fuera adorado en su primer período presiencial por casi toda la América Latina. Otro integrante tradicional de este bloque es la Gran Bretaña, con un devaluado Tony Blair. México, hoy por hoy, se ha acercado más a esta ideología, con la infiltración de los sectores más conservadores del país, incluida la Iglesia Católica, a las estructuras no solamente del Gobierno, sino del Estado mismo, contraviniendo lo establecido en nuestra Carta Magna.
Se acusa al PAN, a su candidato presidencial y al gobierno de Fox de usar asesores extranjeros, españoles y estadounidenses, que han sido los artífices de la llamada Guerra Sucia Electoral. Alan García empieza a usar la misma receta. ¿Será?
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