Temendo petardazo el de la selección mexicana. Ni de lejos respondió a la expectativa que creó este juego, donde México pudo hacerse clasificado, o por lo menos, estar en una situación más cómoda para hacerlo.
El juego fue deslucido, sin creatividad y soporífero. Fuera de algunos momentos de emoción generados por claras oportnuidades de gol que desperdició el seleccionado nacional, el juego es totalmente olvidable. Baste ver la imagen de Lavolpe, que refeja el sentimiento nacional.
El fair play es algo que los angoleños desconocieron el día de hoy, simularon faltas hasta cansarse, y el árbitro Shamsul Maidin se las compró todas. La actuación del nativo de Singapur no fue mala, no fue malísima, fue pésima. Por lo menos hubo un penal a favor de los mexicanos más grande que el estadio de Hannover, y el singapurés
se lo guardó para mejor ocasión. Lamentable el nivel del árbitro para una justa mundialista.
México inició ambas mitades del cotejo dominando, y el peligro de gol era tan grande que hizo abrigar esperanzas a toda una nación. Pero rápidamente decaeron el ritmo, la precisión y la creatividad. Poco a poco permitieron que angola creciera, y a pesar de que no hubo grandes sobresaltos, esto le restó efectividad al juego de los aztecas.
Quizá fue exceso de confianza, pero el tricolor se vio lento, repetitivo y sin profundidad. Hubo claras oportunidades de gol desperdiciadas por Omar Bravo y el Guille Franco a lo largo del encuentro. Los refrescos de Ramón Morales, el Cabrito Arellano y el Kikín Fonseca no pudieron cambiar el rumbo del encuentro.
A pesar de que México tuvo varias oportnuidades al final del encuentro, no hubo manera de cambiar la historia. Ni la expulsión del africano André pudo ser capitalizada.
Por Angola, lo mejor sin duda fue el arquero Joao Ricardo, que le quitó varias anotaciones a los artilleros mexicanos.
Ahora México deberá llegar más presionado a enfrentar al rival más peligroso del grupo: Portugal.
Por su parte, en el primer encuentro de la jornada, los argentinos hicieron cera y pabilo de Serbia y Montenegro. Solamente hubo un equipo en la cancha, y ese fue el de Argentina. La masacre quedó reflejada en el 6-0 que los chés les recetaron a los europeos del este. Con este resultado, los celestes están clasificados a los octavos de final.
En el segundo encuentro del día, Holanda dió cuenta de Costa de Marfil al son de 2-1. En lo personal, Holanda me sigue decepcionando. Los africanos buscaban anotar su primer gol en un mundial, y de ser posible, llevarse la primera victoria de su país es ente tipo de competencias.
Con estos antecedentes, la lógica indicaba que Holanda podría haber establecido un dominio más contundente en el tanteador, pero se conformaron con ganar por la minima diferencia.
No es Holanda un rival para subestimar, pero especula demasiado con el deporte y el espectáculo.
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