Carlos Monsiváis refiriéndose al debate: "Sin embargo, los cinco participantes preservaron un buen número de procedimientos de estos exámenes: la hablaron a la historia (esa doncella que aguarda en el balcón, ansiosa); le hablaron a la nación (esa novia desdeñada que gime en la esquina a la luz del farol); le hablaron al aplauso (esa deidad no siempre domesticable que se le adjudica en cascada a los vencedores); le hablaron a la Posteridad (esa desocupada que se la pasa recogiendo últimas palabras); le hablaron a la mercadotecnia (la deidad reciente, que le enseña a las personas a convertirse en producto); le hablaron al tiempo libre de los espectadores (esa desocupación del ánimo que le va a todo); le hablaron a sus vecinos de la niñez (esos descarados que no creían en el o la presidenciable); le hablaron a sus 'arquitectos de apariencia' (peinadores, sastres, maquillistas, seleccionadores de corbatas, entrenadores, profesores de lenguaje facial); le hablaron a sus hijos ('Enorgullécete de mí'); le hablaron a Dios ('Vaya que tu criatura merece apoyo'); le hablaron a sus antepasados ('¿Se dan cuenta que sólo puedo ser del día de hoy?'); le hablaron también a la globalidad ('Soy mexicano por accidente vocacional y global por convicción geográfica')."
"Ser spot el día entero es la ansiedad de los políticos de hoy, volverse imagen envolvente ..."
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