viernes, septiembre 26, 2008

No podía ser de otra manera

Nuevamente la ciudadanía está haciendo la chamba del gobierno. Concedamos que los detenidos y presentados hayan sido, y aceptado serlo sin torturas, los autores materiales de las explosiones de Morelia.

Dejemos a un lado escepticismos y sospechas. Ante la falta de un buen trabajo pericial; de organización policial; de trabajo de inteligencia; de cooperación de las autoridades judiciales de Michoacán y de las diversas instancias del gobierno federal; así como la suplantación de todos ellos por parte del ejército que se puso a hacer labores que no están consagradas en ningún lado, excepto en la mente de Calderón; no podía haber sido de otro modo: un pitazo anónimo, asumamos que de un ciudadano, llevó a la captura de dichos personajes.

¿Qué sería de la procuración de justicia en México sin las denuncias anónimas? Los últimos acontecimientos importantes en materia judicial se han producido por denuncias anónimas. De los casos más recientes recordemos el del Apá, supuesto secuestrador y asesino del joven Martí.

¿Así pretenden que avance el país? ¿Con la ineficiencia gubernamental cubierta por el anónimo trabajo de la población?

En vez de echar las campanas al vuelo, Calderón debe explicar la lamentable actuación de cada uno de los que participaron en las pesquisas de Morelia.

Ahora veremos el sainete de siempre: una vez que hay algunas cabezas para cortar, no se llegará más arriba: a los autores intelectuales y a quienes les protegen.

Los supuesto terroristas dicen pertenecer a los Zetas, con lo que se confirma la teoría de que se trató de un acto de narcoterrorismo. ¿Qué fácil se acomodó todo, verdad? ¿Habrá sido La Familia la que dio la información que condujo al arresto de estos tres individuos? Si así fue, ¿les pagará el gobierno la recompensa prometida?

Camisa de once varas, sin duda.

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