La PANdemia de influenza porcina

Antes que nada, aclaro que el término PANdemia es de autor desconocido, pero agradezco al Tweep que me lo hizo llegar. Otra aclaración: Tweep es el término aplicado a un usuario de Twitter, y más precisamente, el que tiene comunicación con otros usuarios.

Ante el torrente de información de medios, electrónicos y cibernéticos, así como de los cibernautas, hay que ser muy prudente. En contraste, el gobierno federal se ha esforzado por desinformar, pasteurizando la poca información que proporciona. Sin duda, el gobierno del Distrito Federal ha superado visiblemente al paralizado aparato del (des)gobierno de calderón (con minúsculas).

No obstante, empiezan a surgir indicios de la negligencia oficial ante los tempranos signos de personas infectadas con el virus A/H1N1, ahora conocido como influenza porcina. Algunos medios mencionan diciembre de 2008 como la fecha en que hubo los primeros casos, otros datan el primer caso en Marzo de 2009. Lo pasado, pasado, podríamos decir, pero una vez que se asienten los polvos de estos lodos, se deberían fincar las responsabilidades correspondientes, de modo que nuestra debilitada República no acabe siendo otra víctima fatal de la influenza.

Con gran acierto, Ricardo Rocha cuestiona la capacidad del Sistema de Salud en México para enfrentar la presente crisis. Veremos si este duro sinodal acaba por reprobarlo o si, para el bien de todo el país, sale triunfante. Sea cual fuere el resultado, es imperativo que dicho Sistema de Salud se revise y refuerce.

¿Será el A/H1N1 el catalizador que cristalice el tan mentado estado fallido? Nadie lo puede desear, pero todos debemos estar prevenidos para tal contingencia.

El PAN ha demostrado que le cuesta mucho aprender, tanto en lo general como en lo particular. El experimento que los mexicanos hicimos en el año 2000 fue producto del hartazgo, mientras que para el del 2006 no tengo claros los motivos, pero me inclino a pensar en la esperanza. Sí, la esperanza de tener un país mejor, la esperanza de no habernos equivocado al sacar al PRI de Los Pinos y ungir a Vicente Fox como el salvador de México; la vana esperanza de que podemos cambiar nuestra historia con el mínimo esfuerzo.

El PAN, y especialmente felipe calderón, tienen la responsabilidad histórica de aprender de las múltiples lecciones que la realidad nos ha ido poniendo en el camino. La Nación entera también debe aprender de los últimos nueve años de gobierno panista.

Y calderón puede enmendar el camino ahora mismo, informando verazmente de la situación actual; saliendo al paso de las acusaciones internacionales de que su administración fue laxa y negligente desde la gestación misma de la presente crisis sanitaria; canalizando todos los recursos del Estado para llevar a buen puerto el navío nacional en medio de esta tormenta patógena; desoyendo el canto de las sirenas que lo invitan a apartarse de la legalidad permitiendo allanamientos sin orden judicial bajo la justificación de la presente epidemia. En fin, son múltiples las áreas de oportunidad para el michoacano.

México ha quedado marcado, y manchado, como el origen de este neonato virus de la influenza porcina, a pesar de que hay voces expertas que sostienen lo contrario. El daño a largo plazo de este aparente mito puede ser más devastador que la epidemia misma. Esta es otra área que merece la mayor atención del gobierno federal. Es hora de que la parálisis oficial toque a su fin.

Ttriste y acertadamente el término PANdemia cae como anillo al dedo para este momento.


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