viernes, julio 03, 2009

Lo que viene después del 5 de julio

Sin temor a equivocarme considero que las elecciones intermedias del próximo cinco de julio ya son históricas. Me baso en las siguientes razones, algunas buenas y otras pésimas, para mi afirmación.

Voto Nulo.

A finales de Abril escribí aquí de mi intención de anular mi voto. En ese momento pensé que era más un gesto simbólico del que nadie acusaría recibo. Al pasar de los días, y con enorme sorpresa, me fui dando cuenta de un creciente movimiento a nivel nacional que repetía las mismas palabras: Voto Nulo porque ya no aguantamos más. No analizaré a profundidad los ires y venires que se dieron durante esos dos meses por razones de espacio, solamente anotaré que se produjo un saludable debate que sin duda animó las desangeladas elecciones de diputados (en algunos lugares también elegirán gobernador, así como jefes delegacionales en el DF), y que se delinearon claramente tres corrientes: los ciudadanos a favor del voto nulo por diversas razones, pero donde puede verse un denominador común: la crisis de representatividad por la que pasa nuestro sistema político; los detractores ciudadanos del voto nulo, quienes también esgrimieron varias razones, pero en esencia dicen que eso abre la puerta a los radicales de derecha y fortalecen la partidocracia; y finalmente, los que se sintieron sorprendidos y heridos por este movimiento: partidos políticos, estructuras gubernamentales y medios masivos de comunicación, especialmente los electrónicos, que solamente porfian en perpetuar sus enormes privilegios. Simplistamente, en este tercer grupo acomodaré a otros defensores, conscientes o inadvertidos, del status quo: el voto duro corporativo y los apáticos abstencionistas de siempre.

Saldos del Voto Nulo.

Independientemente de los porcentajes de voto nulo que se obtengan en esta jornada electoral, me parece que ya podemos sacar cuentas de los resultados del movimiento y del debate: primero, el mensaje ya se oyó claro y fuerte; segundo, principalmente la clase media expresó su descontento, y eso en términos político sociales es mucho muy preocupante.

Como tercer saldo tenemos la refrescante brisa que representa la discusión pública generada, pero que deberá encontrar un cause, so pena de que el pacto social Estado-Gobierno-Partidos-Sociedad termine de fracturarse. Si los tres primeros actores persisten en ignorar el mensaje que millones de mexicanos estamos enviando, se corre el riesgo de que el descontento desborde las vías institucionales. Aunado al repudio de la clase media al sistema político actual de la que hablaba líneas arriba, las consecuencias pueden ser muy graves, incluida una revuelta social a nivel nacional. El caldo de cultivo del visible, veloz y constante deterioro del nivel de vida de los mexicanos, ante la inmovilidad gubernamental, cierra el círculo de condiciones propicias para un estallido social.

El cuarto saldo sería que millones de mexicanos nos preguntamos qué hacer después del cinco de julio.

Después del 5 de Julio.

Muchos de los que quemaron en leña verde a los que vamos a anular nuestros votos, o incluso a quienes solamente lo consideraron, partían de una falsa premisa: la finalidad del voto nulo es lograr un cambio. Por supuesto que no cambiará nada, la anulación del voto es solamente un mensaje, poderoso, pero insuficiente. Los motivos son múltiples: la variopinta conformación del movimiento anulista; la heterogeneidad de las demandas; su dispersión, que también es una virtud; la mixtura de espontaneidad y promoción organizada desde varios frentes con diversos objetivos, algunos no muy saludables.

Me queda claro que deberé darle contexto y soporte a mi voto nulo, que deberé buscar mecanismos de acción que le den continuidad y sustancia a mi protesta. Tengo ya en la mira algunas organizaciones a las que investigaré, para que eventualmente, me suscriba a una o más de ellas. Y no se trata solamente de ser coherente, sino que estoy extremadamente preocupado. Tengo una hija de trece años que ya está pensando en su futuro - quiere ser hematóloga - y veo con ansiedad su futuro: una economía que se desploma; un sistema educativo herido de muerte; un sistema de salud deficiente; un mercado laboral en franco retroceso; y una tozudez gubernamental ciega a todo lo anterior, que es una lista enunciativa más no limitativa de los indicadores de que el país se encuentra al borde del precipicio.

Pero si la situación actual es inquietante, lo es más lo que el gobierno federal prepara tras las elecciones. Veamos los zarpazos que nos asestará un gobierno oligárquico que solamente está pendiente de ampliar la larga lista de privilegios que gozan sus miembros y sus promotores.

Nota: La información a la que hago referencia más adelante es del dominio público, y está profusamente difundida en Internet y los medios de información, por lo que no incluiré las fuentes, a menos que sea necesario.

  • El gobierno está en quiebra. La secretaría de Hacienda, el Banco de México, y demás organismos económicos nacionales e internacionales han publicado indicadores que sustentan mi afirmación (caídas dramáticas en la recaudación; disminución de los ingresos petroleros y por remesas; nada más que vender, excepto las empresas y recursos del área energética (PEMEX, CFE, CLyFC, etc.); la multiplicación por tres de la deuda externa en los últimos dos meses para apuntalar al peso; y la utilización de diversos fondos de reserva, como el petrolero, para cubrir gastos.
  • Lo anterior prepara el camino para una brutal embestida tributaria: más y mayores impuestos, entre los que destacan el IVA a alimentos y medicinas. Harán llover sobre mojado, apostarán a encender más los ánimos, jugarán con fuego. En vez de reducir una miríada de privilegios y aberraciones (regímenes tributarios especiales, exenciones fiscales, los saldos de diversos rescates como el IPAB y el carretero, reducir gasto corriente, reducir financiamiento a partidos, incentivar la inversión, apoyar a MPyMES, y un largo etcétera), se irán por la ruta fácil, pero con escasas probabilidades de corregir las finanzas públicas.
  • La impunidad seguirá siendo un engranaje importante en el mal gobierno. Miguel de la Madrid aceptó públicamente, para después desdecirse vergonzosamente ante las presiones de los grupos de poder, que la impunidad en México es un ingrediente escencial para gobernar. calderón (con minúsculas) ha demostrado con hechos que está lejos de erradicar la práctica, y que por el contrario, la profundizará. Ahí está el ejemplo más reciente de la negligencia criminal en el incendio de la guardería ABC, que le ha costado la vida a 48 niños, ha dejado marcados de por vida a una treintena más, y que ha contando con la complicidad cobarde del gobierno federal. Daniel Karam, mentiroso, cínico y cobarde, no ha entregado la lista de los dueños de las guarderías subrogadas por el IMSS.
  • El desempleo cunde por todo el país. Innumerables organizaciones internacionales, desde la OCDE hasta el Bnaco Mundial; calificadoras internacionales; y organismos nacionales, como el INEGI, reportan todos que el desempeño de México es de los peores a nivel regional y mundial. Las causas son múltiples, pero los resultados son desastrosos. Cada año millones de jóvenes se incorporan a la Población Económicamente Activa, pero en el renglón de los desempleados.
  • La migración a los Estados Unidos ya no es una opción, por lo menos tan atractiva. Las remesas han caído dramáticamente, y la persecución en los Estados Unidos ha aumentado. Si antes la pobreza que desterraba a miles de mexicanos al año encontraba una válvula de escape en la migración ilegal, ahora estrecha sus cauces y mete presión al descontento social, amén de tener un fuerte impacto en la economía nacional, pues no solamente no les damos empleo, sino que los contribuyentes debemos de mantenerlos de una o de otra manera.
  • La educación en México está secuestrada por grupos facciosos, encabezados por Elba Esther Gordillo, que modifica los planes de estudio para deteriorar dolosamente el nivel educativo en el país. En vez de proveer los recursos humanos debidamente preparados para cubrir las plazas de un eventual programa de creación de empleos de alta tecnología, como lo ha hecho la India, se busca hacer una nación de peones, mozos, sirivientas y vende chicles.
  • México ha perdido su posicionamiento internacional, especialmente desde el vodevil que Vicente Fox tuvo por gobierno, a través de diversos actos, entre ellos pisotear la respetable y prestigiosa política internacional del país al desaparecer de facto la Doctrina Estrada; implantar una política entreguista a las peores causas de Estados Unidos y el capital internacional; y reportar pésimos resultados económicos, México perdió su liderazgo en la región latinoamericana. Esto también tiene efectos nocivos en la economía, pues lejos de ser integrante de nuevos grupos estratégicos geopolíticos y geoeconómicos, como el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), nuestra nación ha quedado marginada de la escena mundial.
  • Para finalizar este somero e incompleto recuento de causas y efectos que nos colocan en situación desventajosa en todos los ámbitos, debo ocuparme de la famosa como poco efectiva guerra al crimen organizado. Desde el principio de su presidencia, calderón intentó legitimizarse a través de un peligroso acercamiento al ejército, buscando el doble efecto de intimidar a sus detractores, la ciudadanía incluida que no se tragó el cuento de unas elecciones cerradas que ganó por medio punto porcentual, y de mostrarse como lo que no es: un presidente fuerte, inteligente, decidido y de mano firme. calderón es un tipo bobo, medroso, débil y colérico, que nadie se llame a engaño. Una vez dado el paso de oír el canto de las sirenas de los duros dentro de su círculo íntimo, vislumbró la conveniencia de militarizar al país. Debo decir que tuvo suerte y la jugada le salió bien, pues ahora que nos sumiremos en quizá la peor crisis económica de nuestra historia (sí, lo peor está por venir), con los militares en las calles le será más fácil controlar los brotes de descontento, surgidos de su incompetencia y su ciega fe en un sistema económico que no entiende por lo que se rehúsa a considerar cambiarlo. Mientras tanto, la partidocracia minimiza el desastre, y cierra filas para conservar sus prebendas, consolidando la cleptocracia.
  • La guerra al crimen organizado no se debe librar en las calles con el ejército persiguiendo delincuente comunes. Los frentes de esa guerra son otros: aniquilar la corrupción mediante la reducción de los niveles de desigualdad e impunidad; golpear financieramente a los cárteles de la droga y otros grupos delictivos; trabajar en la educación, prevensión y tratamiento de las adicciones; hacer eficientes y eficaces los sistemas de inteligencia de los cuerpos policíacos; volver seguras nuestras fronteras para evitar el trasiego ilegal de armas, drogas y personas.
El país no puede aguantar más de lo mismo, no si queremos vivir en paz, con bienestar y prosperidad. Hay que cambiar el estado actual de las cosas, y siempre se empieza por el primer paso. Se lo debo a mis hijas, tanto a la que aún vive como a la que falleció hace casi dos años. Se lo debo a mi esposa. Se lo debo a mis padres, a mis hermanas, a mis sobrinos, a mis amigos. Me lo debo a mi mismo.

Para mi, el primer paso de esta larga jornada que tengo por delante será anular mi voto este domingo. Después, acompañar mi voto nulo con acciones concretas para exigir a los funcionarios que funcionen; a los diputados y senadores que nos representen; al gobierno que cumpla con los mandatos constitucionales que obligan al Estado a protegernos. Como ya lo dije, buscaré unirme a una o varias organizaciones civiles para ejercer tanto mis derechos como mis obligaciones.

Este blog también forma parte de mi compromiso de actuar, por lo que me propongo seguirlo publicando, ya sea en su forma actual o usando nuevas tecnologías.


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