Metido a Comandante en Jefe de las fuerzas públicas y las instituciones armadas del país, Calderón primero amenaza con el garrote para después pedir a cuanta entidad, persona o estado que se atraviesa en su camino, una alianza para que le saquemos el buey de la barranca.
Clic para agrandar.El Fisgón. La Jornada.
Hace bien en convocar a la ciudadanía a signar, tácitamente, un pacto en contra del crimen organizado. Lástima que corre la invitación cuando el avispero ya está muy alborotado. Antes, desde el inicio de su mandato, ha sacado al ejército a las calles, a librar una batalla donde no reconoce adversario o aliado, como lo demuestra, triste y trágicamente, la familia diezmada a balazos por el ejército en Sinaloa el fin de semana pasado. Así es, el Ejército y la Armada pisan las calles del país, armados y beligerantes, disfrazados de PFP, de paisanos, en traje de faena, o lo que es peor, en traje de combate. Lo dije desde antes de que Calderón asumiera el cargo y lo reitero ahora: ha declarado un a guerra en contra de México y sus habitantes, honrados o delincuentes.
Ha salido al extranjero a apoyar la creación de una fuerza supranacional para el combate al narcotráfico. No le bastan las formas de colonialismo que hoy sufrimos, ahora ofrece que fuerzas del orden extranjeras operen en suelo nacional. ¡Que la Patria se lo demande!
Ahora, el derechista presidente francés Nicolás Sarkozy, al ver la puerta abierta de par en par por Calderón, se ofrece como mentor para las policías mexicanas, de manera que se conviertan en "técnicos" (científicos dijo el flamante mandamás galo) y dejen atrás su faceta de "rudos", pues en el pancracio nacional La República yace de cara a las lámparas resintiendo los efectos de huracarranas, crucetas, topes voladores, nelsons, quebradoras y demás llaves que le han propinado, por igual, las fuerzas del orden, corrompidas hasta la médula, y el poderoso crimen organizado, muy bien organizado por cierto.
Como párvulo de hace unas décadas, traviesamente Calderón se ha dedicado a tocar los timbres de los mafiosos y malvivientes vecinos de su cuadra y ahora quiere echar a correr, aunque parece que lo han pillado, y por consecuencia, ha provocado que pillen a todo el país entre el fuego cruzado de bandas que se disputan el territorio nacional como su coto privado para trasegar drogas y armas.
No se puede entender la libertad e impunidad con que operan sin la protección de los más altos niveles de gobierno, cosa que es sospechada desde hace tiempo y que quienes han pretendido demostrarlo han pagado con su vida, como es el caso del periodista Manuel Buendía, asesinado hace ya muchos años y cuyo aniversario luctuoso acaba de conmemorarse.
Por derecho o por revés, la falta de experiencia como gobernante, o en su defecto como titular de un puesto de elección popular, de Felipe Calderón se sigue evidenciando día a día. Mientras tanto, quienes pueden beneficiarse de eso no han perdido el tiempo, en detrimento de la vida nacional.
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