domingo, junio 10, 2007

El secreto de Calderón

Desde hace tres meses, de espaldas a la Nación, Felipe Calderón viene negociando la ayuda norteamericana para el combate al narfcotráfico.

O por lo menos esa es la explicación oficial, no del gobierno mexicano, mismo que no ha dado la cara, sino de los congresistas norteamericanos.

Como ya se ha vuelto una costumbre, las dependencias del ejecutivo hacen mutis ante asuntos espinosos. En esta ocasión, ni la Secretaría de Relaciones Exteriores, ni la de Gobernación, ni la Presidencia han dicho o hecho algo. El que salió al quite por la indiscreción del presidente del Comité de Inteligencia de los diputados norteamericanos (¡qué irónico que el titular del espionaje cameral sea tan chismoso!) fue el embajador mexicano ante Washington, Arturo Sarukhán.

Dijo, palabras más palabras menos, que sí es cierto pero que no es cierto. O sea, que sí se pidió ayuda hace tres meses; que no se le informó al Congreso de la Unión; que no se le informó al pueblo de México que se estaba pidiendo la intervención de un gobierno extranjero; que en la mayor secrecía Calderón acepta de facto que no es capaz (eso no sorprende a nadie) de combatir al narcotráfico. Pero que no habrá tropas extranjeras en México.

¡Que implicaciones tan graves tiene la decisión no consultada ni concensada del titular de Poder Ejecutivo del país!

Ya sabemos como acaban las asesorías militares norteamericanas:
  • El ejército gringo sí acaba pisando el suelo del gobierno "apoyado", aunque sea en la eufemística forma de asesores militares que toman parte activa en los conflictos armados.
  • Invadiendo al país asesorado, sea a través de asesores militares, fuerzas de "paz" de la ONU, alianzas en pro de la democracia, o más directamente, echando montón con su tecnológicamente armado ejército: Afganistán, Panamá, Irak, Irán (siguiente en la lista), Kuwait, Bosnia-Herzegovina, Sudán, Somaila, Nicaragua, El Salvador, Granada, etc., etc., etc., etc., etc.

Desde el inico de su gobierno, incluso desde que era candidato, Felipe Calderón Hinojosa (el mismo que ha abierto las puertas para el injerencismo de los sectores más radicales y corruptos de la derecha española en la vida política y económica del país) no ha tenido empacho en hacer demostraciones de su falta de confianza en su propia capacidad para gobernarnos.

Antes lo he dicho y Calderón me ha dado la razón: su acercamiento a las fuerzas armadas como primer acto de gobierno oficial, más allá de los protocolarios, no fue una demostración de fuerza, sino de debilidad. En política la forma es fondo, y las formas de Felipe Calderón son oscuras, desaseadas, torcidas y endebles.

Haciendo un somero recuento, Calderón ha permitido la infiltración de personajes nefandos en su círculo de allegados:

  • Alberto Cárdenas Jiménez destapándolo para el enojo y el berrinche de Fox. Hoy es Secretario de Gobernación.
  • Elba Esther Gordillo operando para asegurar el tirunfo electoral con el voto priísta (si es que eso sigue existiendo) hoy controla la SEP, la Lotería Nacional, tiene su propio partido político, mantiene el control del sindicato oficial de mentores y va por más.
  • El inefable Camilo Mouriño, hijo de un personaje español acusado en su natal España de corrupción en niveles escandalosos, es hoy el poder tras del trono. Manuel Espino puede dar fe de esto.
  • José María Aznar es la punta visible del iceberg de españoles especializados en guerra sucia que fueron contratados por Calderón para levantar su alicaída campaña. Hoy siguen gozando de los favores del mandatario mexicano por su eficiencia.
  • La derecha francesa representada por Nicolás Sarkozy ha ofrecido a Calderón la ayuda que éste pidió a los Estados Unidos sin informar a sus gobernados. Evidentemente el Sr. Sarkozy tenía información que los mexicanos ignorábamos.
  • Subidos en el carro que entra por la ancha puerta del intervencionismo que Calderón ha abierto, Jerry Weller, representante republicano (but of course!), ha dicho que: "... el gobierno mexicano debería involucrarse en el proyecto de una policía hemisférica". Tema siempre rechazado por los gobiernos mexicanos, Calderón lo ha asumido gozosamente.
Esa es la tónica del gobierno de Calderón: beneficiarse del trabajo de otros abriendo las puertas de la soberanía, la dignidad, los recursos naturales y la hacienda pública nacionales.

No me queda mas que preguntarme: ¿A quién sirve Felipe Calderón?

No hay comentarios.: