sábado, junio 09, 2007

La liviandad del Ser (Presidente)

Clic para agrandar. El Fisgón. La Jornada.

¡Zaz! Felipe El Cruzado, Emperador Absoluto del Sacro Imperio PAN-Ibérico, ha solicitado formalmente la ayuda a otro imperio, el de los Estados Unidos de América, para seguir librando el combate en contra del narcotráfico.

Esto lo dijo un congresista norteamericano, Silvestre Reyes, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de los EU. ¡Claro! No hay la más mínima posibilidad de que El Hijo Desobediente informe de cara a la nación que ha solicitado la intervención de un gobierno extranjero en asuntos nacionales, especialmente en uno tan trivial como la Seguridad Nacional.

Ironías aparte, es muy, pero muy grave que Calderón haya procedido de espaldas a la Patria en este asunto. Simple y sencillamente suena a alta traición.

No contento con haber sido elegido solamente por un tercio del electorado, ahora traiciona a casi el 70% del país que no votó por él - y estrictamente a aquellos millones de mexicanos que creyeron en su mercadotecnia, que no en su plataforma política - al solicitar la intervención de un gobierno extranjero en asuntos de política interna. Y nos venimos a enterar por el área de espionaje del poder legislativo de ese país.

¡Qué poca estatura política! ¡Qué falta de civismo, de compromiso con la Nación! ¡Qué entreguista!

La nefanda tradición de los gobiernos panistas, iniciada por el espejismo del "voto útil" que llevó al vodevilesco Vicente Fox a la presidencia de la República, es continuada, como lo prometió, por el inexperto, incapacitado e insensible Felipe Calderón.

Hace un tiempo dije que el desorden que se vivía en el país, con ejecuciones hoy sí y mañana también pero peor, era un pretexto para sacar el ejército a las calles, especialmente en la capital del país. Pues bien, me equivoqué, el pretexto era para solicitar una "invasión blanda", un intervencionismo que durante décadas los mexicanos rechazamos. Hoy el panismo le abre la puerta a un gobierno extremadamente proclive a meter sus narices donde no lo llaman, a un país que ha intentado someternos desde hace por lo menos dos siglos, a un vecino que nos arrancó una gran parte del territorio nacional.

Si eso ha hecho por la fuerza a quien le ha pedido ayuda Calderón, que no podrá hacer de grado.

Sr. Calderón, está usted pisando hielo muy delgado, y se encuentra a punto de cruzar, una vez más y con mayor gravedad, la línea que lo ubicará como un Traidor a la Patria.

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