martes, noviembre 21, 2006

Calderón anuncia guerra civil

Lo que creí que le iba a llevar más tiempo, ya sucedió: Felipe Calderón ha enloquecido.

Enfrascado en una guerra fraticida que solamente existe en su cabezita (así, en diminutivo), en el paroxismo megalomaníaco que le ha embargado tempranamente, pues ni siquiera ha tomado posesión del cargo, escribió:

... mi gobierno hará uso de toda la fuerza del Estado mexicano, con la ley en la mano y el poder de sus instituciones. Esa guerra la vamos a ganar; con el respaldo del Congreso habré de librar las primeras batallas exitosas.


¿De qué hablaba el pelón chaparrito de lentes? De que asumirá la presidencia "puntualmente" (pues si llega en helicóptero, no debería retrasarse). ¿Dónde lo dijo? En una carta que le mandó al PRI respondiendo a la sugerencia de que Fox no asista a la toma de posesión del "pechalén" (pelón chaparrito de lentes con acento licenciado, que no licencioso). Pues si ya defiende a Fox desatando en su calenturienta imaginación una guerra civil, que no hará para salvarlo cuando sea Presidente.

¿Quienes son los enemigos contra los que usará "toda la fuerza del estado" (nótese la recochina coincidencia de que usa las mismas palabras que Monseñor Abascal al rebuznar, perdón, hablar acerca del conflicto de Oaxaca)? Pues nada más ni nada menos que ciudadanos mexicanos que impugnan su triunfo electoral y se preparan para hacerle imposibles la asunción al poder y la vida en lo general.

Mini Me (ese alter ego del Dr. Evil en las bastante malitas secuelas de la película original de Austin Powers) disfraza el asunto aludiendo a la seguridad de los mexicanos. Aún si yo fuera el de la imaginación calenturienta, y el pechalén efectivamente hablaba de asuntos de seguridad con relación al crimen organizado, creo que de todos modos pierde.

Los gobiernos republicanos de los Estados Unidos han esgrimido ese argumento, la "guerra" contra la inseguridad, vana y porfiadamente. El mismo sonsonete han usado contra el terrorismo, y los resultados saltan a la vista.

Pero si le concediéramos todo eso al pechalén, no puedo soslayar que finalmente se declara en guerra contra ciudadanos mexicanos, delincuentes, sí, pero ciudadanos.

Es obvio que la "guerra" debe librarse en otros frentes, como la pobreza, la corrupción (¡Agáchense Chente, Martita, Bribones Bribiesca y demás tepocatas del gobierno del cambio!), la educación y el secuestro de la democracia. Pero de eso, mejor ni hablar, no vayamos a pasar del "círculo rojo" foxiano al de indefenso adversario de este Napoleón de Bolsillo Trasero del pantalón (no es pleonasmo, pues no me refiero a su corta estatura física, sino a su nula estatura de estadista).

Pero bueno, mejor guardemos nuestras fuerzas para aguantar el bombazo de la confirmación de Carstens como Secretario de Hacienda el día de hoy. ¡Ese sí que le va a echar los kilos!

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