Vicente Fox ha de estar triste y desesperado: por más provocaciones que hicieron, por más desaseado que fue el remate del proceso electoral del 2006, los ¿perredistas? no dieron pie a la violencia.
Todos aquellos que hemos seguido, aunque sea a ratos esta tragicomedia electoral, sabemos que el delfín de el expresidente en funciones y la presidenta de (Vamos) México era el güero Creel. Parece que el Güero está peleado con las urnas: de dos elecciones en las que ha participado (Gobierno del DF y candidato del PAN), ha perdido las dos. Fue diputado por la vía plurinominal, al igual que ahora es senador.
Por esta razón, además de su incompetencia, Fox no ha desactivado el conflicto de Oaxaca, y supongo que ardía en deseos de que también siguiera encendida la llama de la resistencia del Peje, para que hubiera un enfrentamiento, por lo menos verbal, con el ejército por el desfile del 16 de septiembre.
A Fox le conviene acorralar a Calderón, pues de esta manera no lo deja crecer (no se burlen, y no me refiero a su estatura) y tiene la sartén por el mango para negociar lo que desee. Oaxaca es la suela de la bota que Fox le tiene en el cuello al PCL (pelón chaparrito de lentes). Justamente el forjador de tan pintoresca descripción, Manuel Espino quien es presidente del PAN, ha arremetido contra Calderón, casi amenazándolo en un acto público el pasado domingo, al hablar de perdón y concordia. No se puede menos que pensar que Fox aleccionó a Espino: lo adviertes y te vas. Este pelele que se ha sentado en la silla presidencial durante los últimos seis años, solamente busca impunidad para sí y la presidenta (de Vamos México), o sea, para los bribones Bribiesca.
Si hubiera explotado la violencia en los campamentos de Reforma o en cualquier otro acto de la resistencia pejista, Fox tendría apergollado más firmemente al PCL. Pero para su desgracia, la resistencia levantará los campamentos el día 16 en la madrugada.
Por lo tanto, la única oportunidad que ahora le queda al pelele saturado de Prozac para generar violencia es la noche del 15 de septiembre. Mientras, Calderón sigue acotado, temeroso y sin lograr tomar la manija del poder. Se rumora entre los periodistas que han acompañado a Calderón que es de "mecha corta", que se enoja fácilmente, supongo que como respuesta a la frustración. ¿Qué tanto ha ardido la mecha de Calderón con respecto a Fox? No lo sé de cierto, pero han sido muchos meses en que ha tenido que soportar los bloqueos, arremetidas, golpes bajos y trapacerías de quienes no lo querían como candidato presidencial y ahora lo ven como su boleto a la impunidad.
Ante la debilidad de caracter de Calderón, ¿recuerdan su campaña que nomás no prendía, al grado que amenazaban con sustituirlo?, la mar de dudas que acompañan su proclamación como presidente electo, su "mecha corta", y su escaso capital político, no duden que optará por las medidas efectistas para tratar de fortalecerse.
Se reciben apuestas de lo que hará, si es que lo hace, para "legitimar" su presidencia.
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