domingo, junio 05, 2011

La guerra sucia para el 2012 ha iniciado

La detención de Jorge Hank Rhon ni es trivial, ni anecdótica ni se circunscribe a un pleito más entre las mafias partidistas.

Desde el momento mismo en que se dio la noticia de su detención se escapó un tufo que a lo largo de las horas siguientes al hecho se ha vuelto pestilencia. Es claro que Hank Rhon es indefendible, ni como político ni como persona, y como sujeto de derecho que lo defiendan sus abogados. Las piezas de este rompecabezas se han ido acomodando, y lo seguirán haciendo en los días venideros. Primero se rumoreó, hace unos días, que habría detenciones políticamente explosivas, quizá de un ex gobernador priísta. Luego, tras la detención de Hank Rhon hubo denuncias inmediatas de que ni policías ni fuerzas armadas que participaron presentaron las órdenes judiciales que ampararan la actuación. El comunicado del gobierno no ayudó nada: una llamada ciudadana anónima fue la causa del operativo (parece que sin las llamadas ciudadanas anónimas nadie sería aprehendido en este país, tal es el caso de los presuntos asesinos de Juan Sicilia, este caso y muchos otros, lo que evidencia la casi inexistencia de las investigaciones ministeriales, policiales y de los órganos de inteligencia). El bajo perfil del detenido, alejado de la escena política pública desde hace tiempo (aunque señalado desde siempre como cómplice del crimen organizado, beneficiario del saqueo de las arcas públicas y feroz acosador de periodistas adversos), pero relacionado con grupos de poder en el Estado de México da una pista más de lo que se busca. Dos piezas más de este escueto recuento: las declaraciones de prominentes panistas de que las complicidades empezarán a desvelarse y la inmediata reacción del equipo de campaña de Eruviel Ávila, candidato a la gubernatura del Estado de México por el PRI, negando todo vínculo financiero con Hank Rhon.

¿Por qué debe preocuparnos a los mexicanos este aparente acto de justicia? Pues porque no es un acto de justicia, sino una carambola autoritaria y politiquera que busca golpear varias bandas: las próximas elecciones estatales en Michoacán y en el Estado de México; las elecciones federales del 2012 (en todas, el posicionamiento del PAN es de pena ajena, tanto en la intención de voto como en la imagen de los candidatos, precandidatos y aspirantes tempranos); los jaloneos legislativos en torno a, principalmente, la Reforma Política y a la Ley de Seguridad Nacional, en donde el titular del Poder Ejecutivo y su partido han sido vapuleados, engañados, zarandeados y chamaqueados ... y lo que les falta; y porque felipe calderón (en minúsculas) no se distingue por su planificación, prevención, concertación y tino en las lides políticas. Sus jugadas le ha resultado siempre, como dice la voz popular, en tiros por la culata.

Pero este nuevo gesto autoritario, que no de autoridad, se da en el contexto de crecientes reclamos sociales de justicia, equidad, y armonía republicana, como es el caso del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad o el segundo aniversario del crimen por negligencia de la Guardería ABC en Hermosillo. Lo que quizá se deseaba mostrar como una respuesta a la exigencia de terminar con la impunidad, la corrupción y el baño de sangre en el país, queda desvirtuado por la forma en que se ha manejado, sobre todo si se confirma que no se tenían las órdenes judiciales correspondientes, lo que terminaría en una liberación forzada por el desaseo jurídico o fallas en la integración del expediente, como ya ha sucedido en incontables ocasiones.

De suyos preocupantes estos signos, quedan empequeñecidos ante el mensaje de que el gobierno federal está dispuesto a jugar sucio para rescatar para sí el poder en el 2012. Las recientes revelaciones de los intentos de calderón por suspender los comicios en Michoacán por la falta de garantías; de las pretensiones de su hermana Cocoa para ser gobernadora de ese estado y de su esposa Margarita de contender por la presidencia en un futuro quizá muy, muy cercano; de la búsqueda de una candidatura de unidad partidaria en los ya citados comicios estatales de Michoacán; de debilitar las garantías individuales, ciudadanas, humanas y constitucionales en los términos en que se pretendió hacer pasar las reformas a la Ley de Seguridad Nacional; son nada más que experimentos para tomarle el pulso a la sociedad de cara a un estado de excepción decretado en aras del interés nacional, cuando lo que menos les interesa es eso justamente.

Incluso las supuestas querencias de calderón hacia Ernesto Cordero, destapado ya como contendiente a la candidatura presidencial del PAN para el próximo año, se perciben más como una cortina de humo detrás de la cual pudiera estar escondida la primera dama. Y el culpable de esto es el propio secretario de Hacienda al torpedear sus propias aspiraciones con declaraciones que un día lo dejan mal y al otro lo dejan peor, como las famosas palabras de que los mexicanos pueden tener casa, coche y hasta pagar escuela particular con seis mil pesos al mes o aquellas otras de que México dejó hace mucho tiempo de ser un país pobre. Y de sus propios desmentidos de que no dijo lo que dijo más vale ni hablar.

Así como buscó la legitimación con las armas en cuanto llegó a la presidencia, así ahora pretende hacer su "quinazo" en las postrimerías de su sexenio (ya no critiquemos el personaje seleccionado ni los modos con los que se le pretende crucificar, sino el "timing", la falta de oportunidad) montado sobre el mismo principio de que la violencia de estado es sinónimo de autoridad moral.

Frustrado, repudiado, aislado y sometido a los poderes fácticos, no debemos menospreciar a felipe calderón, caracterizado por su obsesión por el control, su inmadurez política rayana en lo infantil, sus aires de grandeza salpicados de místicas elucubraciones inspiradas en pasajes bíblicos y su irascible personalidad, además de su supuesto alcoholismo nunca desmentido por él. Un arrebato colérico que ponga en jaque a la Nación no es algo descabellado ni debe tomarse a la ligera.


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