domingo, junio 03, 2012

Reinventando la educación

Les dejo un texto que tomé y traduje del blog de Leonardo Boff.

Reinventando la educación
03/Jun/2012

Muniz Sodre, profesor titular de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, es una persona muy preparada. Pero lo que lo hace diferente es que, como pocos otros, piensa acerca de lo que sabe. El fruto de esa actividad es su notable libro recientemente publicado: Reinventando la educación: diversidad, descolonialización y redes (Vozes, 2012).

En ese libro intenta confrontar los retos de la pedagogía y la educación que se derivan de los diferentes tipos de conocimiento desde las nuevas tecnologías y transformaciones avanzadas del capitalismo. Todo comienza con nuestro lugar social: el hemisferio sur, una vez colonizado, que atraviesa por un proceso muy interesante de neo-descolonización y de confrontación con el debilitado neo-eurocentrismo, ahora devastado por la crisis del euro.

Muniz Sodre analiza diferentes corrientes pedagógicas y educativas, desde la paideia griega hasta el mercado mundial de la educación, a la que ve a través de una burda concepción utilitaria, transformándola en negocio y mercado al servicio de la dominación mundial.

Desenmascara los mecanismos de los poderes económicos y políticos que subyacen en las expresiones que todos repiten, como "la sociedad de la información o del conocimiento". En otras palabras, el capitalismo informativo-cognitivo constituye la nueva base de la acumulación de capital. Ahora todo es capital: capital natural, capital humano, capital cultural, capital intelectual, capital social, capital simbólico, capital religioso. Capital y más capital. Pero en el fondo acecha una mono-cultura del conocimiento mecánico, expresado como la "economía del conocimiento" al servicio del mercado.

En la actualidad, un tipo de educación ha sido planeada para crear cuadros que realicen "servicios analítico-simbólicos", cuadros dotados de una alta capacidad de invención, identificación y solución de problemas. Esta educación especializa el conocimiento como si fuera una línea de ensamblaje de una fábrica.

Así, la educación pierde su carácter formativo. En las palabras críticas de Hannah Arendt: podemos continuar aprendiendo hasta el fin de los tiempos sin que esto signifique que estamos siendo educados. Educar implica saber y hacer, pero sobre todo, aprender a ser, coexistir e interesarnos en el prójimo. Implica darle sentido a la vida, saber cómo lidiar con la compleja condición humana y ser capaz de definirse a uno mismo, enfrentando nuestra condición histórica.

Lo que agrava todo el proceso educativo es la predominancia de la forma de pensar única. Los estadounidenses viven el mito del "destino manifiesto". Están convencidos de que Dios ha reservado un destino único para ellos como el "nuevo pueblo escogido" que impondrá al mundo su propio estilo, sus métodos de producción y consumo ilimitados; su esquema de democracia y sus valores del libre mercado. En nombre de este hecho excepcional, intervienen en todo el mundo, incluso con guerras que garanticen su hegemonía imperial. Tampoco Europa ha renunciado a su arrogancia. La Declaración de Blogna en 1999, que reunió a 29 ministros de educación de toda Europa, reivindicó que sólo ese continente podría producir el conocimiento universal capaz de ofrecer a los ciudadanos las capacidades necesarias para enfrentar los retos del nuevo milenio. Previo a esto, una pretendida universalidad celebró los derechos humanos, pudiendo encontrarse en textos de la cristiandad en donde se promovía a esta religión como única y verdadera. Ahora, el alcance de esta visión se ha acortado: solamente el Viejo Continente garantiza la eficiencia administrativa y la competencia, las habilidades y capacidades que permitirán la globalización empresarial. La presente crisis económica-financiera echa por tierra dicha afirmación. Los gobiernos no saben cómo salir del trance, cuya autoría detentan, y prefieren arrojar a sus sociedades al desempleo y la miseria para salver un sistema financiero especulativo, cruel y despiadado.

En su libro, Muniz Sodre presenta tres interrogantes de la realidad brasileña en el terreno educativo, que deberán encararse  en los próximos años. Ha llegado el momento de hacerles frente como individuos libres y creativos, y no como sordos ecos de otras voces. Sodre rescata los nombres de educadores que imaginaron una educación que se adapatara a nuestro potencial, como Joaquim Nabuco, Anisio Teixeira, y particularmente, Paulo Freire. Darcy Ribeiro hablaría con entusiasmo de la reinvención de Brasil, comenzando por la riqueza del mestizaje.

Esta reinvención educativa debe ayudarnos a transitar a través de la descolonialización, avasallando el pensamiento único ya mencionado, permitiendo aprender la la diversidad cultural y beneficiándose de las redes sociales. De este esfuerzo podría nacer, de entre nosotros, los primeros brotes de un paradigma diferente de civilización, conocida como bio-civilización, la cual tendría como ejes rectores a la vida, la humanidad y el planeta tierra.

No hay comentarios.: