miércoles, marzo 17, 2010

De la autocomplacencia o El Terror

Captura fotográfica de un video de El Universal.
Clic para agrandar.


Imbuido de miedo, Felipe CalNerón le apostó a la autocomplacencia.

En su reciente visita a Ciudad Juárez, solamente él sabe para qué, permitió que su turbio Secretario de Seguridad Pública Federal y su ineficiente y misógino procurador de la República (aquel que dijo que los feminicidios en Juárez respondían a que las víctimas eran unas putas) alborotaran el avispero con una torpe, obsoleta y mendaz presentación de "avances" en la disminución de la violencia. Esos funcionaretes, cuyos nombres ni siquiera vale la pena consignar, creyeron servir servilmente a su patrón restregando en la cara de los juarenses que la violencia vivida a diario es solamente una percepción. La mancuerna del chupatintas procurador y el efectista secretario incendiaron a la audiencia presumiendo cifras danzantes que demostraban que la realidad estaba equivocada. Lo menos que recibió tan bochornosa terna de pollinos fueron réplicas de ciudadanos que los acusaron de pintar un mundo fabuloso, de dar informes triunfalistas y de proferir falsedades.

Atenazado por fuertes cuestionamientos, el titular del Poder Ejecutivo solamente atinó a balbucear:

"... hay cifras que aunque sean verídicas, no necesariamente corresponden a la realidad ..."

Foto Reuters en La Jornada.
Clic para agrandar.

Este bloggero aún no ha podido descifrar el significado de tan sesuda declaración. El saltimbanqui que cobra como procurador de la República no veía el modo de escurrir el bulto y rehuir cualquier responsabilidad. En un desesperado intento de aplicar la máxima foxiana "¿Y yo por qué?", el amanuense habilitado como máximo responsable de procurar justicia en el país recurrió a una jerga incomprensible que quiso ser metáfora:

Aquí se habla y se hace referencia también con frecuencia a términos médicos, a términos de enfermedades. Y es evidente que a un doctor se le puede exigir, a lo mejor, la cura más pronta de la enfermedad pero no se le puede hacer responsable de ella.
¿No se le puede hacer responsable de la cura o de la enfermedad? En fin, el objetivo era hacerse el Tío Lolo (pendejo solo, completa la vox populi) sin importar lo que se decía, aunque rebuznar hubiera sido más digno.

Cual émulo de la tejedora Penélope, que por el día recomponía el "tejido social" en Juárez para desandar el camino por las noches, CalNerón acabó pareciéndose más a una Parca o Furia que trama y urde destinos que desembocarán en el inevitable encuentro con Caronte, el barquero del inframundo. Enredado en los hilos del destino, advirtió que la cosa se pondrán peor y le alcanzó para reconocer que "las cosas en Ciudad Juárez están delicadas". ¡Albricias!

Con la invaluable oportunidad de conectarse con la preocupación y el dolor de los juarenses, el mínimo michoacano optó por mantener su distancia, queriendo ubicarse por encima de sus "gobernados"; recurrió a sus conocidas soberbia e insensibilidad para hablarles, desde su turris eburnea, con voz trémula, desfalleciente sintaxis y agonizante lógica fustigando a la realidad que no se ajusta a sus cifras.

No hay forma de cobijar expectativas de que las acciones del actual régimen mitigarán, mucho menos acabarán, con la violencia en el país, especialmente en la martirizada Ciudad Juárez. El ciudadano común seguirá inerme, indefenso; mientras la burocracia se regodea en su propia inmundicia.

Technorati Tags:

Del.icio.us Tags:

No hay comentarios.: