martes, diciembre 22, 2009

Freno al conservadurismo

"Con la Iglesia hemos dado, Sancho." Pues sí, luego de décadas de cruentas guerras, de miles de muertos, de haber decidido como nación que los asuntos de gobierno no deben mezclarse con los de la terrena Iglesia católica, nos hemos vuelto a topar con la sacrosanta institución.

Desde que el nefasto Carlos Salinas de Gortari aflojó los cinchos políticos y constitucionales, la Iglesia no ha desaprovechado espacio alguno para inmiscuirse en los asuntos que antes le estaban vetados, especialmente la política, la salud pública y algunos temas en la educación. Esto se ha acentuado en los gobiernos falsamente monacales de Vicente Fox y Felipe CalNerón, ahora llamado Moisés por su proclividad a los decálogos.

Los ejemplos más recientes los puede uno encontrar por montones en los medios de comunicación: quema de libros que hablan de educación sexual; congresos estatales que penalizan el aborto, y algunos no pararon ahí, criminalizan a la mujer e incluso la condenan a recibir atención psiquiátrica por tan "abominable" acto; las recientes declaraciones de prelados de que leyes "aberrantes" (como las del aborto. de sociedades de convivencia y el matrimonio entre personas del mismo sexo) no tienen por qué ser respetadas; y la frontal arremetida contra la ya mencionada ley que permite el matrimonio entre personas del mismo género, así como la adopción.

Esta literal cruzada de conservadurismo, por fortuna, no ha carecido de oposición. El buen juicio, la modernidad y los derechos humanos son los demonios que estos anacrónicos cruzados combaten con argumentos y técnicas que durante milenios han usado para ganar privilegios, lucrar y llenar espacios políticos y de poder. En los albores del siglo XXI seguimos oyendo argumentos falaces, que en el mejor de los casos, nos remiten a la Edad Media, al oscurantismo y a la ignorancia.

Foto de Carlos Ramos Mamahua en La Jornada.
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Ante tal escenario, no puede uno mas que congratularse por las leyes que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha promulgado en tiempos recientes, entre las más relevantes para el caso que nos ocupa se encuentra la ley que regula el aborto voluntario y la que se aprobó el día de ayer, que legaliza la adopción y el matrimonio para las personas del mismo género.

No es extraño ver que el PAN y el Verde Ecologista muestren el cobre, lo que sí es una rareza es que el PRI, tan cauto antes en estos asuntos y otrora defensor del Estado Laico, se haya pasado del lado confesional. Y no solamente en este caso, el PRI ha promovido vigorosa y exitosamente las leyes antiaborto en todo el país.

El mensaje político que la capital del país envía a todo el territorio nacional es una bocanada de aire fresco. No es un asunto menor, sin duda, ante este clima de intolerancia que se promueve desde los sectores más reaccionarios de la derecha y del clero. Tampoco lo es en el sentido de que nos recuerda que el mundo se mueve hacia posiciones más progresistas en cuanto al respeto de los individuos y de los derechos humanos, especialmente los de las mujeres. Si en la economía somos una vergüenza a nivel mundial al ir a contracorriente de lo que todos los países han hecho para sortear esta severa crisis que aún no ocupa, las fuerzas más retrógradas se empeñan en hacer lo mismo en derechos humanos. Por eso la relevancia de las leyes que se están aprobando en el Distrito Federal es aún mayor.

Vaya un reconocimiento a la ALDF, al PRD, al PT y a Marcelo Ebrard por emanar luz entre las tinieblas del conservadurismo.

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