miércoles, noviembre 11, 2009

Sin trabajo, sin casa, sin dinero

El mundo entero sufre los estertores de un modelo económico, financiero e ideológico que agoniza.

Cientos de miles han sido lanzados a la calle al perderse su fuente de trabajo. Millones han visto deteriorarse su modo de vida en unos cuantos años. Familias enteras han perdido su patrimonio. El neoliberalismo, que ha hecho del capital el vellocino de oro y le ha conferido cualidades autoregulatorias que no tiene, ha sumido al mundo en una profundísima crisis financiera, causando el colapso de las economías de los países y propiciado la vergonzosa concentración de la riqueza en unas pocas manos, mientras que millones de seres humanos pagan las consecuencias de los falaces postulados neoliberales.

No sorprende que el perverso esquema de socializar las pérdidas y privatizar las ganancias haya rebasado su carácter monetarista y esté generando una descomunal crisis social. Tanto que Europa entera ha iniciado un movimiento contra el desempleo. José Saramago, premio Nóbel de Literatura, aporta su grano de arena mediante un texto que ha publicado en su blog. Rescato un fragmento para compartirlo aquí.

Lo que está pasando es, en todos los aspectos, un crimen contra la humanidad y desde esta perspectiva debe ser analizado en los foros públicos y en las conciencias. No es exageración. Crímenes contra la humanidad no son solo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos, las hambres deliberadamente provocadas, las contaminaciones masivas, las humillaciones como método represivo de la identidad de las víctimas. Crimen contra la humanidad es también el que los poderes financieros y económicos, con la complicidad efectiva o tácita de los gobiernos, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder lo que les queda, su casa y sus ahorros, después de haber perdido la única y tantas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.


Para algunos el calificativo de "crimen contra la humanidad" puede parecer excesivo, pero para quienes resienten los efectos de un sistema rapaz apenas les parecerá justo. Por nuestra parte, los mexicanos, deberemos de pagar durante muchos años la miopía de los gobiernos neoliberales, amén de la incapacidad de los dos últimos.

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