En Calderópolis, sede del Imperio PAN-Ibérico, parece que se vivirá una nueva versión del Reino del Revés, en dos de sus acepciones.
La primera de ellas es el Emperador Felipe El Cruzado recibe un revés un día sí, y al otro también. La segunda es que todo lo que intenta le sale al revés.
Se quiso colgar de los militares para legitimar su presidencia imperial, y ellos se lo colgaron a él. Las recientes declaraciones del sector castrense son ya un alarmante indicio del deseo que tienen por participar en la vida pública del país más allá de donde la Constitución y el buen juicio lo permiten. Tan es así que el Congreso les ha llamado a la mesura.
A Fox le crecían los enanos del circo, pero parece que Calderón se ha transfigurado en enano y le está creciendo el circo.
Cartones - Helguera
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