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miércoles, abril 29, 2009

El PANdemónium de la PANdemia

Error, tras error ... tras error. Las cosas se van sucediendo de manera vertiginosa, por lo que hacer un recuento ordenado resulta difícil, así que consignaré los hechos que van conformando los garrafales errores del (des)gobierno de calderón (con minúsculas) tratando de darles algún orden.

  • Cuando Barack Obama visitó el país, el gobierno sabía del brote pero no alertó al visitante. El mismo José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud, admitió que desde abril 12 tenían conocimiento de casos de influenza porcina, según AP (el artículo de la liga está en inglés). Por otro lado, en una conferencia de prensa Córdova admite que fue desde el 02 de abril (video).
  • No contentos con esta pifia, calderón y su comitiva se fueron felices de la vida a Puerto Príncipe justo en el momento en que las infecciones llegaban a sus máximas cifras.
  • En la conferencia de prensa del día 25 ofrecida por varios funcionarios federales, entre ellos Córdova Villalobos, el corresponsal de AP le preguntó cuál era la razón de que solamente en México hubiera casos mortales, la respuesta textual fue "Eso quisiéramos saber". He buscado infructuosamente el video o la transcripción que incluyan las mencionadas pregunta y la vergonzosa respuesta, pero los documentos y videos encontrados no las contienen.
  • Córdova ha respondido insistentemente a los cuestionamientos para detallar las cifras oficiales de infectados y fallecidos que no cuenta con esa información.
  • Ahora el mismo Córdova se enreda, que los fallecimientos que había dado como confirmados por A/H1N1 no son veintitantos (con tanta danza de cifras no sé que número debo poner), sino 7. Que los demás son de otro tipo de influenza. ¿Es eso una buena noticia?
  • Sí, tenemos montones de muertos por influenza, pero solamente unos pocos son por la cepa mutada. ¿No se supone que la elevada tasa de mortandad era debido a que nos enfrentábamos a algo nuevo? ¿Ahora resulta que la mayoría de las muertes están dentro del parámetro esperado? ¿No se dijo que estábamos preparados para la influenza estacional? Sr. Córdova, sea serio y proporcione cifras detalladas para poder entender el lodazal en que se ha metido.
  • La Jornada cabecea tanto en su edición impresa como en la electrónica que la Secretaría de Salud dice que la epidemia "no es para tanto". No pude encontrar dicha referencia en la nota relacionada, pero de ser cierta esta información, las autoridades de salud están siendo estúpidas y negligentes.
Captura de la edición digital de La Jornada de hoy.
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Ahora abusaré de las imágenes para documentar algunas otras cosas. Dado que han llegado por Twitter desde La Jornada, y que sus editores en este medio no consignan enlaces o fuentes, me pareció conveniente subir capturas de los mensajes.

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En esta captura se puede apreciar que Córdova se allana ante las evidencias del mal manejo de la crisis por parte del gobierno.

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En contraste con la lamentable actuación de Córdova, el carnal Marcelo (Ebrard) ha llenado el vacío dejado por el gobierno federal, no solamente en el ámbito informativo, sino en el social también, pues anunció apoyos económicos para las familias de los fallecidos.

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Mientras tanto, la podredumbre de nuestro sistema político aflora, dejando un nauseabundo olor: candidatos tricolores y azules lucran con la desgracia ajena.

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Existen evidencias de la desprolija labor del gobierno federal, pues ignoraron los tempranos signos de una epidemia de influenza. Porcina o no, debieron haber actuado más oportuna y responsablemente.

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Mientras la Secretaría de Salud se enreda en sus propias mentiras y el gobierno federal emula la parálisis oficial durante el temblor de 1985, la crisis epidémica crece. Nota: al momento de escribir esta entrada, la OMS elevó el nivel de alerta a 5 (transmisión de persona a persona entre dos o más países de una región).

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Las deficiencias de un gobierno negligente, que data desde Vicente Fox a la fecha con los nefastos antecedentes de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, empiezan a salir a la superficie. Uno de los damnificados del hundimiento del país es el sistema escolar gubernamental en México. Ahora se habla de que las escuelas no tienen condiciones para recibir a los alumnos una vez que se levante la suspensión de clases. Pero eso no le quita el sueño a alimañas como Elba Esther Gordillo, los boletos para la rifa de las Hummers se vendieron todos.

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Y Córdova sigue desinformando. En un claro afán de minimizar las cosas, ubica geográficamente la mayoría de la "ajustada" cifra de decesos confirmados por A/H1N1 en el sur de la ciudad: Tlalpan y Xochimilco. Lo que no dice es que en la delegación Tlalpan se encuentra la zona de hospitales, por lo que es lógico que la mayoría de los decesos ocurran en esa demarcación.

El PAN está demostrando, con gran perjuicio para el país, que son totalmente incapaces de gobernar. Esta PANdemia es un PANdemónium.

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miércoles, abril 08, 2009

Pásele marchanta, aquí le damos pilón

Aún hoy en algunos mercados los locatarios se disputan a los clientes con gritos y ofertas. Que si su mercancía es más fresca, que si es más barata, o que les darán el famoso pilón, o sea, un poco más del producto que uno compre.

Eso me hizo recordar que en las épocas doradas de las quesadillas de Topilejo, al sur del DF rumbo a Cuernavaca por la carretera federal, un enjambre de señoras lo recibían a uno simulando que estaban cacheteando la masa para hacer las tortillas frescas con las que harían las quesadillas, por lo que el resultado era un estruendo de aplausos y gritos para atraer al comensal.

Pues así, ni más ni menos, los partidos políticos se disputan ahora a los candidatos a diputados. Es vergonzoso el caso del líder del sindicato del Seguro Social (IMSS), Valdemar Gutiérrez Fregoso, quien primero negoció su candidatura a una diputación con el PRD, y aunque el PRI había intentado incluirlo en sus listas, el acuerdo ya estaba amarrado con el sol azteca. Pero el inefable Jesús Ortega incumplió el acuerdo y Gutiérrez empezó a escuchar "ofertas", por lo que finalmente terminó arreglándose con el PAN para ser diputado por ese partido. Ahora el PRI acusa al blanquiazul de piratearse candidatos. Estos chaquetazos, o cambios súbitos de lealtades y preferencias, ensucian aún más la arena política en México. ¿Qué ideología detenta el Sr. Gutiérrez que le permite negociar candidaturas con partidos tan disímbolos? Creo que hay varias respuestas.

  1. No hay ideologías involucradas, solamente intereses.
  2. Tampoco hay moral, civismo o ética en este rejuego. Elba Esther Gordillo debe estar orgullosa, pues su reforma educativa suprimió la materia de civismo de los planes de estudio en México.
  3. Los partidos políticos en México ya no son diferentes, no defienden programas de gobierno ni tienen objetivos sociales ni políticos, se trata únicamente de la rebatinga de posiciones para poder satisfacer los intereses propios y de los grupos afines para obtener o preservar privilegios.
  4. Se ha consolidado el esquema de franquicias por sobre el de grupos políticos que representan los intereses de sus afiliados, de amplios sectores de la sociedad y de sus votantes. En otras palabras, tener una organización con siglas al amparo de la estructura electoral es un excelente negocio.
  5. Los partidos políticos se alejan cada vez más de la sociedad.
Como meretrices, el Sr. Gutiérrez y otros más, solamente buscan mamar del presupuesto y acumular más poder vendiendo caros sus favores.

Por eso suena irrisoria e ingenua la nueva estrategia propagandística del PRD: usar las redes sociales para captar al electorado joven. Barack Obama usó con eficiencia el ciber espacio: correos electrónicos, blogs, redes sociales, micro blogging, Web 2.0, RSS, etc., etc., etc. Pero no era un castillo de naipes, tenía sustento en un plan de gobierno y en la inmejorable ayuda de los ineptos neoliberales radicales que llevaron al mundo al colapso financiero luego de años de mentiras (como las usadas para invadir Irak) y el desmantelamiento del fino tejido social de los Estados Unidos, ejemplificado por los jirones que quedaron luego del descuatizamiento de los servicios de salud en ese país.

Adicionalmente el Sr. Obama tenía credibilidad y carisma, características que difícilmente algún político o instituto político de nuestro país pueden presumir. Quizá la campaña del PRD en Facebook o en Hi5 reporte algunos dividendos que serán intrísecamente exiguos y efímeros, pues como siempre lo he dicho, la tecnología per se no resuelva nada ni aporta valor alguno. Debe de ir acompañada de una estrategia cimentada en objetivos a corto, mediano y largo plazo instrumentada a través de acciones medibles y concertadas. Además, debe involucrar una robusta voluntad de cambio. ¿Alguien se atrevería a decir que el PRD, o cualquier otro partido, cumple con estos requisitos?

Los electores, jóvenes y viejos, no se captan a través del oropel digital, y mucho menos pueden conservarse si la distancia entre sus intereses y los de los partidos políticos se alejan cada vez más. Para muestra, un botón: ¿Qué diputado o senador, qué bancada, qué partido político ha cuestionado el monumental préstamo de 47 mil mdd que calderón (en minúsculas) acaba de contratar con el FMI? ¿Quién ha objetado el préstamo de 30 mil mdd que la administración del Hijo Desobediente contrató con la Reserva Federal de los Estados Unidos? ¿Quién ha osado tocar con el pétalo de la legalidad a felipe calderón (en minúsculas) por haber triplicado la deuda externa de México en un día? Esos préstamos rebasan con mucho la deuda externa a contratar aprobada en la Ley de Ingresos. Debería ser suficiente para que los jilguerillos legislativos le pidieran cuentas a calderón (sic). ¿Quién ha levantado la voz? ¿Quién ha defendido a todos y cada uno de los mexicanos, nacidos y por nacer, de tener que pagar una colosal deuda?

Estas afrentas no se lavan en Facebook. Estos delitos no se ventilan en Hi5.

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domingo, marzo 29, 2009

Vendrá una histérica reacción

A no dudarlo: el (des)gobierno calderonista reaccionará histéricamente a las declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama de que la lucha antinarco en México está fuera de control.

Lo único que impedirá este ataque de pánico es la sumisión del titular del poder ejecutivo. Doña Hilary Clinton estuvo aquí apenas hace unos días y esperamos al Sr. Obama el mes próximo. El timorato Calderón puede decidir tragar camote y dejar pasar esta dura crítica a su "política" de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.

No tendremos que esperar mucho para saber qué predominará en el ánimo del Hijo Desobediente: el temor o la tibieza.

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viernes, febrero 13, 2009

Calderón sigue sin prender: Servitje

Desde los lejanos días de marzo del 2006, el empresariado mexicano reprochaba a Felipe Calderón, entonces tambaleante candidato del PAN a la presidencia, su tibieza y grisura. Le dijeron que su campaña "no prendía". Hoy, Lorenzo Servitje reitera la falta de punch del michoacano, y le llama "el pobre señor Presidente".

Foto de archivo de El Universal.

Servitje hace un llamado para apoyar al "pobre señor Presidente", quien, aseguró el empresario

... está a punto de terminar su mandato de hecho, no de derecho.

Los empresarios apoyaron inmoral e ilegalmente la alicaída campaña de Felipe Calderón en el 2006, tanto que el mismo IFE denunció el proselitismo empresarial a su favor. Entre los más destacados, por su impudicia, fueron los Coppel. Iniciaron una guerra sucia, en complicidad con el PAN y con "asesores" españoles del Partido Popular del nefasto Aznar (¿conexión Mouriño?), en contra de Andrés Manuel López Obrador. Le llamaron "un peligro para México".

La élite empresarial sigue guardando serias dudas de la capacidad del Sr. Calderón, ya no como candidato, sino como presidente de México. Hace unos días comenté las fuertes declaraciones de Carlos Slim acerca del panorama económico de México, mismas que alborotaron "Pueblo Quieto", la villa de fantasía donde mora Felipe Calderón, y generaron una lluvia de críticas desde dentro y fuera del gobierno porque consideraron que Slim era un catastrofista.

Si tiene un poquito de coherencia, ahora la jauría se lanzará contra el patriarca de Bimbo. Y razones tendrán: proclamar que el (des)gobierno del panista está próximo a su fin no es cosa menor. Amén que el calificativo que le endilga rezumba desprecio.

Haciendo a un lado los modos, Servitje tiene razón: la presidencia acotada de Calderón se está agotando rápidamente. En este mismo blog, desde el inicio mismo de este sexenio vengo señalando la pusilánime gestión del autoproclamado Hijo Desobediente; los múltiples y onerosos compromisos que contrajo con dudosos actores de la vida nacional, como Elba Esther Gordillo; de su inexperiencia e incapacidad; de sus cuestionables relaciones con Juan Camilo Mouriño; de sus innumerables desatinos dentro y fuera del país; de su guerra contra el crimen organizado carente de planeación y objetivos claros; etc. También he hablado de la posibilidad de que no termine su período mandatorio.

Si la crisis detonada por la avaricia inmoral de los que se embarcaron en el peligroso juego de los fondos de riesgo y las hipotecas chatarra no fuera tan profunda, seguramente Calderón estaría un poquito, pero muy, muy, muy poquito, más tranquilo. Pero la letal combinación de una escalada de violencia, cada mía más osada, una crisis económica mayúscula, junto a la inacción y estupor del michoacano, lo ponen a caminar en la tablita. Servitje y Slim están dispuestos a emular a los corsarios para obligarlo, espada en mano, a abandonar el barco y sumergirse en el mar de la infamia histórica. Me parece que no son los únicos, las patadas abajo de la mesa han de estar muy fuertes, tanto como para que un par de notables alcen sus voces.

¿Y el país? Por supuesto que está sufriendo de la falta de conocimientos, talentos y habilidades de quien hoy se ostenta como presidente de México. Pero surjen algunas preguntas: ¿Nos irá mejor sin Calderón? ¿Quién tiene el tamaño para hacerse cargo del paquetito? ¿Dónde está nuestro Obama?

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viernes, enero 30, 2009

Vaya, vaya, el Efecto Obama

Quién lo iba a decir: los Republicanos de EU eligiendo un presidente afroamericano para su partido.

Esta confesión subliminal de que el triunfo de Obama los tomó por sorpresa total y absolutamente no es cosa menor. Tampoco el hecho de que hayan decidido copiar el modelito tan rápidamente sin una posibilidad real de analizarlo y comprenderlo, por lo que predigo desde mi absoluta ignorancia  que será un desatino destinado al fracaso.

Y me atrevo a vaticinarlo pues los republicanos han dado cobijo a los grupos supremacistas (eufemismo de racismo) por décadas. Sin signos previos de apertura o simpatía hacia la diversidad racial en la dirigencia del partido, nos salen con el domingo siete de un presidente partidario de raza negra. Pero lejos de ser un acierto, este gesto republicano es una muestra de su ignorancia y oportunismo: Obama triunfó pues supo recoger los reclamos, no solamente de la sociedad norteamericana, sino del mundo entero. La impúdica desigualdad que ha provocado el "libre mercado", las inmorales ganancias derivadas de un sistema financiero "autoregulado" (ajá!), la falaz aventura de la guerra de Iraq, y la pérdida de la confianza tanto en gobiernos como en las empresas ha sido el caldo de cultivo que gestó el arrasador triunfo de Barack Obama, pues mostró la sensibilidad, comprensión y simpatía hacia todos los afectados negativamente por un sistema económico voraz e inmoral que ningún republicano evidenció.

No fue su carisma, como tampoco el color de su piel, fue su comprensión de que las sociedades del mundo entero han sido depredadas y saqueadas por esquemas financieros y económicos injustos, inequitativos y usureros.

Otra evidencia de que este "monkey sees, monkey does" republicano es una falacia y una estupidez, estriba en la forma en que Obama llegó a amplios segmentos de la población estadounidense: los medios Web 2.0, o para decirlo más simplistamente, la cara social de Internet. El blog Micro Persuasion da acceso a un estudio de Edelman, una firma de Relaciones Públicas, donde se analiza el uso efectivo de herramientas sociales y de Internet por parte del equipo de campaña del ahora presidente de los EU. Para descargar el estudio hagan clic aquí (formato PDF). Algunas de las herramientas que utilizaron magistralmente fueron desde las más tradicionales hasta las más novedosas: correo electrónico, redes sociales (Facebook), blogs y microblogs (Twitter), y otras más.

El estudio de Edelman es altamente recomendable para quienes quieran hacer campañas políticas efectivas en este mundo, y especialmente en nuestro México, donde la desconfianza y el resentimiento a instituciones gubernamentales y partidos políticos campean.

Pero no se precipiten señores del PRI, PAN, PRD y otras franquicias, perdón, partidos políticos. Antes que nada hay que ser políticos; tener un análisis de la actualidad que permita comprenderla; un plan de gobierno; honradez, sinceridad y sensibilidad; soluciones a problemas acuciantes; ganas de trabajar; y un fuerte compromiso social. Todo lo anterior no se compra ni con todo el dinero del mundo, y ustedes carecen de todo lo eso, así que, ni modo, a seguir comprando votos, funcionarios y autoridades; a continuar la guerra sucia de descalificaciones; a sustituir razonamientos con calumnias; en fin, a hacer lo que saben hacer.

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martes, noviembre 11, 2008

La Victoria de Obama: Una revuelta de ciudadanos consumidores.

Hoy me topé con un interesante artículo en el BusinessWeek. Su autora, Shoshana Zuboff, hace un interesante planteamiento relacionado con el resultado de las pasadas elecciones presidenciales en los Estados Unidos y las condiciones que colaboraron al triunfo de Barack Obama. Es extenso, pero vale la pena leerlo. La traducción es mía. Aquí se los dejo.

Esta columna está dedicada a los altos ejecutivos de las empresas norteamericanas cuyas políticas y prácticas de negocios ayudaron a asegurar la victoria de Barack Obama. La demanda de cambio que sonó a través del país no está limitada a nuestros nuevos Presidente y Congreso. Esa llamada también sonó para ustedes. El triunfo de Obama fue encendido en parte por su falla de entender y respetar a sus consumidores, clientes, empleados y usuarios finales. La desesperación que alimentó el ansia de Norteamérica por un cambio y una esperanza creció y maduró en sus jardines.

Millones de norteamericanos escucharon al Presidente Electo Obama hacer eco de su frustración, su impotencia y su rabia cuando el seguro médico de su madre se negó a cubrir sus tratamientos por cáncer. Peor aún, cada uno de ellos sabe exactamente cómo se sintió. La indignación cocinada a fuego lento durante mucho tiempo es ahora la experiencia definitoria de cada consumidor de servicios de salud, hipotecas, seguros, viajes y servicios financieros, entre muchos otros.

Obama fue elegido no solamente porque muchos norteamericanos se sintieron traicionados y abandonados por su gobierno, sino también porque esa sensación finalmente convergió con la impresión de haber sido traicionados por las corporaciones de Norteamérica. Sus experiencias como consumidores y ciudadanos se unieron para crear una creciente revuelta contra el status quo – como ocurrió en la Revolución Norteamericana. Desconfíen de quienes recomiendan que todo siga igual. Este período post electoral es un punto de quiebre para la comunidad de negocios. Demanda una actitud de sobria revaloración y una disposición hacia una reinvención fundamental. Si dicha comunidad no lo hace, alguien más lo hará.

Las semillas de la Desesperación.

Mucho antes del siniestro florecimiento de esta crisis económica, nuestras empresas se habían arruinado. Un indicador de esto fue la casi completa ausencia de confianza de los norteamericanos hacia las empresas y sus líderes. Pero no siempre fue así.

Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta casi el final de la década de los años 70, las empresas se vieron a sí mismas como parte del tejido social. A mediados de los años 50, 80% de los adultos de los Estados Unidos (EU) decían que las Grandes Empresas eran algo positivo para el país, y 76% creían que necesitaban de pocos o ningún cambio (Roper, Agosto 1954). Las empresas eran reconocidas por la creación de empleos, su efectividad como productores masivos, por el desarrollo y mejora de productos, por ser grandes contribuyentes al fisco, y por apoyar la educación (Encuesta del Centro de Investigaciones de la Universidad de Michigan, Julio de 1951).

En 1966, 55% de los estadounidenses tenían una gran confianza en los líderes de las grandes compañías (Encuesta Harris # 22, Febrero 28 de 2008). En el 2006, solamente un 5% de los norteamericanos dijeron que las corporaciones trataban bien a sus consumidores, mientras que sólo un 7% expresaron un alto grado de confianza en los líderes corporativos (Lichtman/Zogby, Mayo de 2006). En esos cuarenta años un abismo insalvable se abrió entre las corporaciones y la gente que dependía de ellas como empleados o consumidores. ¿Qué sucedió con la confianza? A diferencia del espejismo de la riqueza generada por la ingeniería financiera, ésta no se desvaneció de la noche a la mañana. Se fue desgastando, agonizando poco a poco a través de las décadas.

La gigantesca Máquina del Dinero.


Hace 30 años, las corporaciones insertas en el tejido social del período posterior a la Segunda Guerra Mundial fueron replanteadas como una gigantesca máquina de hacer dinero. Inició como algo muy inocente. Mientras que la competencia global afectaba a las industrias de los EU, muchos se preguntaron cómo lograr incrementar la productividad de los mandos medios. La idea era que las gerencias no actuaban para proteger los intereses de los accionistas y obtener las máximas ganancias. Los teóricos ofrecieron múltiples razones de por qué debería ser así, desde inercia e interés propio hasta lealtad a la comunidad, e incluso “honor”.

Una solución se impuso, eventualmente, a las otras: los mercados controlados por las corporaciones. Una nueva generación de inversionistas lideró la compra, frecuentemente hostil, de aquellas compañías cuyas acciones consideraban que estaban subvaloradas. Muchos accionistas simplemente optaron por tomar la mejor oferta. Incrementar la deuda y establecer las nuevas economías de escala combinando o reorganizando los recursos fue visto como una manera de imponer disciplina en los grupos gerenciales, reduciendo la divergencia con el objetivo de los accionistas de elevar al máximo las ganancias. Nuevas compensaciones e incentivos se añadieron a los planes de remuneración de los ejecutivos ligados al comportamiento del precio de las acciones de las empresas.

La empresa se transformó en una máquina de transacciones diseñada para obtener las mayores utilidades posibles, desligándola de su comunidad, sociedad y país. Las plazas de trabajo se trasladaron a los proveedores externos, los costos se redujeron al mínimo, y los estados financieros dependían de una creciente y misteriosa ingeniería contable. Las compras hostiles de compañías dieron paso a las fusiones. Las industrias se consolidaron, limitando las opciones de los consumidores. Volcarse hacia dentro de la empresa fue algo a lo que los mandos medios siempre fueron vulnerables, alejándolos de las necesidades de clientes y empleados. La seguridad de conservar el trabajo se debilitó, y muchas familias dependían de dos fuentes de ingresos. Una creciente mayoría de empleados deseaban mayor flexibilidad en sus trabajos de la que los patrones les otorgaban. Los padres y madres que trabajaban, especialmente estas últimas, entraron en crisis. Los clientes eran considerados anónimos y desechables.

Sí, la productividad se elevó. Pero los mecanismos existentes para compartir los beneficios se habían esfumado tras años de disminuir la recaudación fiscal a base de trucos contables y exitosas campañas corporativas de cabildeo. Por el contrario, las compensaciones ejecutivas se dispararon, así como las fortunas de una nueva clase de especialistas financieros que identificaban y facilitaban esas prácticas.
Mientras tanto, este nuevo y exitoso modelo se propagó a todas las organizaciones públicas y privadas: agencias gubernamentales, hospitales, consultorios médicos, escuelas. Si alguna vez se preguntó por qué solamente podía ver durante siete minutos a su doctor, por qué los hospitales medían sus resultados por la ocupación de camas, o por qué no podía encontrar a nadie en una oficina gubernamental que le ayudara – esa es la razón.

La pérdida de la Confianza.

Durante esas mismas décadas, los estadounidenses mejoraron su educación y se formaban una mejor opinión de las cosas. Viajaban y participaban de una nueva era de información. El acceso a la misma, la interacción y comunicación mejoraron con la Internet. Los norteamericanos cobraron conciencia de que eran individuos únicos y complejos que querían ser escuchados – a medida que las empresas de las que dependían se tornaban más despiadadas, ajenas, gigantes e impersonales. El resultado fue una epidemia de estrés y una rápida pérdida de la confianza hacia prácticamente todo tipo de organización, especialmente aquellas de las que la gente dependía en mayor medida – servicios de salud, seguros, servicios financieros, transportación, vivienda, telecomunicaciones y medios de información.

En “La Economía Sustentable: Por qué las Corporaciones le fallan a los Individuos y el Siguiente Capítulo del Capitalismo", mi coautor Jim Maxim y yo alegamos que esta erosión de la confianza determinó el fin de una etapa del capitalismo, pero sentó las bases para una nueva era de creación de riqueza. Al enfrentarse con una alternativa real, los consumidores dieron su lealtad y dinero a quienes les ofrecían relaciones confiables dirigidas a satisfacer sus complejas necesidades en vez de otorgarla a distantes adversarios que ofrecían transacciones impersonales.

El reto es cambiar la forma en que organizamos los activos y potenciar la tecnología de manera que sea posible atender necesidades individuales a un precio razonable. Hemos descrito un giro radical en las empresas a la manera de Copérnico, que ponga al consumidor en el centro del sistema solar comercial de la misma manera en que Apple con el iPod y el servicio iTunes coloca al consumidor de música en el centro de la nueva configuración de la industria musical. Esto representa oportunidades históricas para una nueva clase de competidores.

A pesar de que nuestro análisis fue aceptado en muchas partes del mundo, encontramos a las gerencias de las empresas estadounidenses obstinadamente indiferentes a la crisis de confianza. Se sentían inmunes a las consecuencias. Decían que por algo casi todos los competidores en muchas industrias operaban de la misma manera. Y mientras los consumidores carecieran de opciones reales, la urgencia por cambiar no existía. Muchos de ellos pensaban que la práctica de la Máquina de Dinero era inevitable y que no existía alternativa. También sabían que la gente está muy ocupada en otras cosas como para armar un alboroto por dichas prácticas. Finalmente, existía la creencia de que mientras los consumidores tuvieran acceso a créditos baratos y continuaran gastando no había nada de qué preocuparse.

Sí, debemos hacerlo.

Tan recientemente como este pasado verano, mientras que la economía se desmoronaba (BusinessWeek 14 de julio de 2008), viajé un par de veces a Silicon Valley con la esperanza de encontrar líderes que pudieran aprovechar la crisis relativa a la destrucción de la confianza. Me reuní con los ejecutivos de Facebook, pero estaban obsesionados con encontrar la forma de comercializar su portal con los anunciantes. Sus usuarios no eran individuos, sino “ojos”. Le pregunté a Eric Schmidt, Director Ejecutivo de Google, cómo podría desarrollar y mantener la confianza de sus usuarios. Su respuesta fue mencionar los dos tipos de acciones bursátiles creadas para aislar a la alta gerencia de las presiones de los inversionistas. Di una plática acerca de la crisis de confianza. La respuesta de la auto proclamada bufón de la corte de Internet Esther Dyson fue consistente con lo que había estado escuchando en el viaje: En lo personal, no me preocupa que la gente no confíe en las grandes instituciones.

Unas pocas semanas más tarde el pánico se apoderó del mercado bursátil. Estuve en el noticiario dominical de ABC con George Stephanopoulos, solamente para oír decir al economista Larry Summers que el sorprendente alcance de la catástrofe económica se debía a la pérdida de confianza en las instituciones. Lo que no dijo es que es se trata de un fenómeno creciente, como la acumulación de las aguas en un mar, a través de décadas enteras. La debacle económica de los créditos de alto riesgo, con el consecuente congelamiento de todo el sistema crediticio, simplemente marcaron el momento cuando el dique que contenía al mar finalmente se rompió.

Decenas de miles se reunieron en el Parque Grant al atardecer del 4 de noviembre para escuchar al Presidente Electo Barack Obama. Sus rostros lucían animados – no por la sorpresa, sino por la identificación. Sus necesidades, sus anhelos y los insultos recibidos habían sido ignorados durante un largo tiempo. Al fin había un hombre que expresaba sus experiencias comunes de haber sido traicionados y que compartía sus esperanzas de cambio. El sendero para reinventar a las Empresas Norteamericanas estaba marcado en los rostros de quienes se congregaron esa noche. Sabían exactamente lo que tiene que hacerse.

¿Podremos inventar un modelo de negocios en el cual el apoyo, la participación, la sinceridad, la confianza, y el relacionamiento se entrelacen? ¿Podemos escribir la frase anterior sin evocar temor, escepticismo, cinismo o burlonas carcajadas? Las malas prácticas que acabaron con la confianza son incomprensibles para la mayoría de la gente, estén atrapadas dentro de la máquina de dinero o en el otro extremo, donde finalizan las operaciones. Pero después de esta elección, las respuesta a estas preguntas han cambiado irremisiblemente. La respuesta de hoy podría ser no solamente “Sí se puede”, sino también “Sí, debemos hacerlo”.

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jueves, octubre 16, 2008

Los demócratas con mejores para los negocios

El New York Times (NYT) publicó el pasado día 14 de este mes un artículo donde analiza el comportamiento de la bolsa de valores de Standard & Poor's durante las presidencias demócratas y republicanas en los Estados Unidos.

El resultado final es que si se hubieran invertido $10,000 USD en aquella época, los rendimientos serían los siguientes (dar clic en las imágenes para agrandarlas):

  • Con los republicanos, los $10,000 hoy serían menos de $12,000.
  • Con los demócratas, hoy serían poco más de $300,000.
Esto significa que el rendimiento anualizado promedio de los republicanos es del 0.4%.


Mientras que el crecimiento promedio anual con los demócratas es del 8.9%.


A los republicanos les han explotado dos bombas gigantescas: a Herbet Hoover la de la Gran Depresión en 1929, y en el 2008 a George W. Bush la del catarrito de Carstens. El NYT pone dos escenarios en el análisis republicano: con y sin la presidencia de Hoover, que arrojan 0.4% y 4.7% respectivamente. Creo que si se incluye la de Bush hijo, debe incluirse la de Hoover.

A la luz de estas cifras, parece que a todos nos conviene que Obama gane la presidencia.


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domingo, octubre 05, 2008

La difamación como estrategia electoral

El viernes hablaba de las características de los candidatos republicanos John McCain y Sarah Palin, y divagué acerca del ejercicio de la no-política que ha infectado al mundo entero.

También mencioné el papel de los medios masivos de comunicación en el escenario electoral. Para continuar la ilustración de lo que hoy en día se considera "política" de altos vuelos, mencionaré la forma en que la dupla republicana ha decidido calumniar a Barack Obama, el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, y que según los últimos sondeos, lleva ya una ventaja de 6 puntos sobre su adversario republicano.

Así como en España se usó el engaño para acusar a la ETA de los bombazos en los trenes madrileños con la esperanza de ganar la contienda electoral, en México se hizo lo mismo con el candidato que se enfilaba en las encuestas a ganar la presidencia en el 2006. Curiosamente, los asesores del PAN para la campaña de difamación eran españoles, estrechamente ligados al conservador Partido Popular. Tan cercanas estaban las derechas de ambos países, que el mismísimo Aznar apoyó siempre, y en algunas ocasiones de manera ilegal, al PAN y su candidato Calderón. Ese hecho ha sido documentado en este blog, así como los lazos del PAN, Fox y Aznar con los conservadores en América Latina.

Pues ahora los del logotipo del elefante se suben al carro de la difamación: han pagado una campaña para relacionar a Obama con radicales antibelicistas de los años 60, al grado que Palin declaró que Obama

... es cuate con terroristas.

Y ahí no acaban las coincidencias entre los radicales de derecha en España, México y Estados Unidos. Sarah Palin se ha querido asumir como campeona de la libertad, las clases medias y las mujeres. Pues bien, resulta que también es incoherente, por no llamarle falaz, en esta arena. Palin intentó ejercer la censura literaria cuando era alcaldesa de Wasilla: solicitó el apoyo de la directora de la biblioteca de dicha localidad para ejercer la censura en algunos libros, y al no recibirlo, la cesó. Al final tuvo que reinstalarla ante las protestas de sus electores.

Por otro lado, resulta que Palin sí es millonaria, o por lo menos, su familia. Documentos divulgados recientemente dan fe de este hecho.

Finalmente, la Sra. Palin llama a su marido "el primer macho estatal". ¡Qué mujer tan digna!

Cualquier semejanza de la Sra. Palin con nuestra Martita NO es una coincidencia.

Esto es un síntoma más del abandono de la política por sectores tradicionalmente autoritarios.

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