La hora de las decisiones
Familia,
amigos, lectores: Este proceso electoral ha exacerbado los ánimos como ninguno
otro que yo recuerde (y ya estoy medio aflojado, no en terracería, sino
en los baches de la vida). Estos comicios son de extrema importancia por
varios motivos: la situación económica internacional; la profunda
penetración del crimen organizado en toda la sociedad de todo el país;
el posible regreso de una fuerza política que no se ha adaptado a los tiempos que corren; los programas de gobierno de los candidatos.
Los invito a ver un poco más allá de su entorno inmediato. Hace unos
pocos días me platicaban que en la primaria del Colegio Alemán, que en
el ciclo escolar que termina tuvo alrededor de 500 alumnos, al cierre
del período de inscripciones solamente había 40 alumnos inscritos. La
crisis nos pega a todos. Veamos lo que ofrece cada partido,
olvidemos a los candidatos, veamos quién está por tomar las riendas del
país y pensemos si es lo mejor para nosotros para los próximos seis
años.
Con respecto a los candidatos, todos hemos dicho: es que
ninguno sirve; no se hace uno de todos; todos son iguales; nadie vale la
pena. Pues bien, nosotros somos responsable de ello, hemos dejado
crecer a una clase política parasitaria, corrupta, sin valores, sin
ética, sin plan de gobierno. Somos responsables, y lo seguiremos siendo,
si esperamos la llegada del cacique, del tlatoani, del mesías, por el
cual podremos votar y olvidarnos de él pues resolverá TOOOOODOOS
nuestros problemas en seis años. Si no hay candidatos buenos, capaces,
es porque les hemos permitido bajar vergonzosamente el nivel de la
política. Mi voto está decidido desde hace mucho, y confieso que no me
hacen feliz ni el candidato ni el partido; fundamenté mi decisión en el
proyecto de gobierno.
Es hora de tomar decisiones. Ninguno de los
actuales candidatos podrá solo, como tampoco podría el "Iluminado" (si
existiera). Es hora de hacer un alto y reconstruir lo que está roto, es
momento de darnos la oportunidad de vivir mejor.
¿Qué podemos hacer?
Primero que nada, decidir responsablemente nuestro voto: no votar
porque está guapo, porque es mujer o negarle el voto porque es un
peligro. Apaguemos el hígado y encendamos el cerebro. Segundo: salgamos a
votar. Tercero: tomemos una foto de la "sábana" con los resultados de
la jornada en nuestra casilla electoral, y si es posible, de las más
cercanas. Cuarto: subir la foto a http://fotoxcasilla.mx/.
¡¡Llevamos más de 100 AÑOS luchando por el sufragio efectivo!! Ya es tiempo, ya es nuestro tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario